Manuel Antonio Noriega sufrió otro revés judicial. El otrora hombre fuerte de Panamá fue condenado a siete años de prisión por la justicia francesa en el proceso por lavado de dinero que mantenía pendiente.
Si bien es cierto que probablemente el ex jefe de las Fuerzas de Defensa podrá pedir su libertad condicional en unos cuantos meses, porque tendrían que descontársele los 32 meses que estuvo detenido en Miami en espera de su extradición a París, la condena es un revés duro para el ex militar que soñaba con retornar a Panamá.
A sus 76 años, Noriega no es ni la sombra del hombre aquel que en 1989 desenfundó un machete en el Palacio Justo Arosemena y declaró a Panamá en Estado de Guerra. Su salud es algo precaria y en todo caso su mejor opción era retornar a una prisión en su país o en el mejor de los casos sometido a un arresto domiciliario.
Sin embargo, ni Noriega ni sus defensores pudieron dar explicaciones sobre el origen de la fortuna del ex general para convencer a los jueces franceses, que no se tragaron el alegato de la conspiración norteamericana.
La sentencia francesa también favoreció al Estado panameño, que logró que se le pagara una compensación de un millón 259 mil dólares, muy superior a los 16 centésimos que había establecido la anterior sentencia emitida en 1999.
El ex general sufre hoy las consecuencias de sus acciones y deberá esperar en la dura prisión de La Santé cuál será su futuro.