María Eugenia Dávila parecía como una princesa durmiendo el sueño eterno. Su rostro angelical estaba sutilmente maquillado, su hermosa cabellera negra, cubierta por un velo blanco. Su blusa era de satín y sobre ella tenía una bufanda.
María Eugenia vivió una vida corta, pero sus 20 años fueron suficientes para que su familia, amigos y compañeros de trabajo la recuerden eternamente.
Las honras fúnebres de María Eugenia fueron ayer, viernes, en la Parroquia Espíritu Santo, ubicada en el corregimiento de la comunidad 24 de Diciembre.
Sus padres no se resignan a la pérdida de su "princesita", a quien le realizaron exámenes para determinar si fue violada por Omar Sinisterra. El resultado determinó que no fue abusada, sostuvo una fuente.
Quizás el momento más emotivo fue cuando una compañera de trabajo leyó unas palabras escritas en memoria de María.
"Hola, niña linda, sé que tú me escuchas y ves la gente dándote un hasta luego. Te recordaremos, mi niña, de forma especial. Aunque sé que estás dormida, sé que escuchas mi pregón, hija de mi corazón. Tu nombre en mí quedará grabado aunque tu cuerpo esté enterrado sentirás el aire de esta canción".