El francés Zinedine Zidane y el italiano Gennaro Gattuso, que el domingo chocarán en busca del título mundial, son dos polos opuestos, dos formas de entender el fútbol; desde el arte y el trabajo.
Con 34 años, en el último torneo de su carrera, Zidane ha deslumbrado hasta convertirse en la figura del Mundial. Con 28 años, Gattusso aún dedica una hora extra de sus entrenamientos a mejorar su técnica.
"Zizou" admiraba a Francescoli "El príncipe" uruguayo y, por eso, llamó Enzo a su hijo. "Ringhio" (por el enanito gruñón de Blancanieves) tenía como ídolo a Salvatore Bagni, el centrocampista que fichó en 1984 el Nápoles para que corriese por Diego Maradona.
Instalado entre los cinco grandes del fútbol mundial, Zidane se ha ganado la admiración del mundo. Gattuso es adorado por los seguidores del Milán y odiado por los hinchas del equipo rival.
Mientras a Zidane se le considera un mago, a Gattuso se le aplica el calificativo de "agonista". El francés ha aprendido a economizar esfuerzos, con la forma más inteligente de jugar de todo el Mundial, mientras que el italiano es el que más kilómetros recorre de su equipo.
El centrocampista del Milán sabe que, si Zidane está en forma, "sólo queda persignarse", pero defiende su forma de entender el juego desde el sacrificio.
"Soy un trabajador y no acepto las críticas a quien trabaja duramente. Recuerdo siempre los 30 años de trabajo de mi padre por 500 euros al mes", ha dicho.
Gattuso se curtió en el Glasgow Rangers, junto a Paul Gascoigne.