EDITORIAL
Alza del combustible
La reciente alza de los precios internacionales de los derivados del petróleo está sangrando la economía de Panamá y del resto de naciones no productoras de petróleo. Ya el barril del crudo se ubica en 34 dólares, la mayor cifra registrada en los últimos 15 años, pero la ciudadanía parece no darse cuenta de esta situación y el gobierno apenas comienza con una tibia campaña para fomentar el ahorro de combustible. A principios de 1999, el barril de petróleo se adquiría en 11.98 dólares, luego en octubre de 1999 ascendió a 23 dólares y hasta hace poco el precio era de 34 dólares, pero en Panamá todos nos mantenemos pasivos y no ponemos en marcha programas para evitar la fuga de millones de dólares. El propio gobierno ha confesado que el aumento del petróleo en un 200%, es una de las causas que ha provocado la llamada desaceleración de la economía, pero entonces nos preguntamos ¿por qué se demoraron tanto en activar una campaña de ahorro de combustible?. La respuesta parece ser sencilla, el Estado se lleva 60 centésimos en impuesto por cada galón de gasolina que se consume en el país y 25 centésimos si se trata del diesel. El impuesto al consumo, es uno de los más fáciles de recaudar y es probable, que por eso no hay interés en una fuerte campaña de esa índole. En años anteriores al alza del combustible, el país gastaba anualmente 400 millones de dólares en ese renglón, producto de los 1.6 millones de viajes diarios que realizan por las vías del país los vehículos particulares, oficiales y del transporte público. Ahora esa cifra debe estar por las nubes. Un galón de gasolina que en enero de 1999 se adquiría en B/.1.41 hoy le cuesta al panameño más de dos balboas. El precio de la gasolina localmente aumenta conforme avanza la cadena de comercialización que incluye a la Refinería, petroleras, concesionarios y el impuesto que cobra el gobierno. Con los precios actuales de la gasolina y diesel, a los consumidores panameños que gastan 4 de cada 10 balboas en transporte y comunicaciones, sólo les quedará amarrarse el cinturón. El gobierno debe cambiar esa mentalidad de caja registradora y poner en marcha una campaña más agresiva para fomentar el ahorro de gasolina. Muy bien se pueden implementar tarifas especiales en los Corredores Norte y Sur, en las llamadas hora pico; y ofrecer un adecuado servicio de transporte público, para disminuir la circulación de vehículos particulares. Señores hay que ahorrar, de lo contrario sólo trabajaremos para pagar gasolina, o tendremos que ir a los trabajos en bicicleta o carreta.
PUNTO CRITICO |
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