El fallecimiento de Ovido De León Rodríguez, a cuyo cuerpo el viernes por la noche le pasaron tres vehículos encima, ha vuelto a traer al tapete el tema sobre la no utilización de los pasos elevados vehiculares.
De León fue arrollado varias veces en las cercanías de un paso elevado peatonal en el distrito de San Miguelito, a las 7: 00 de la noche del viernes.
No es la primera vez que los peatones mueren en las cercanías de un paso elevado peatonal, el año pasado tres personas que salían de una discoteca cercana fueron arrollados debajo de una de estas estructuras, en Los Andes 2, también en el distrito de San Miguelito.
Los argumentos más utilizados por las personas que suelen obviar la utilización de los pasos elevados es que los mismos en horas de la noche se convierten en sitios inseguros, debido a que son utilizados por los delincuentes para asaltar a todo los que pasan por el lugar.
Siendo esto así, los peatones se enfrentan a un gran dilema, arriesgar su vida de una forma o de otra.
Los moradores de lugares con alta incidencia delictiva como es el caso de Los Andes han solicitado a las autoridades hacer rondas nocturnas en las cercanías de los puentes elevados para así evitar que la delincuencia se los tome y obligue a los peatones a continuar rifándose la vida en las calles.