Ahora que el presidente Uribe recibió al que será el cuadragésimo cuarto presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, aquí cerquita en Cartagena, Jhon McCain debería darse una vueltecita al terruño que lo vio nacer. Para no salar su campaña sólo sería recibido por la grandiosa anfitriona colonensa, edil y representante del corregimiento de Cristóbal doña Matilde Ávila quién con una pequeña representación de los 8, 000 residentes del Décimo cuarto corregimiento del distrito de Colón, podría caminar lentamente y con las manos atrás en señal de señorío, junto al candidato McCain, quien a no dudarlo brotará lágrimas al ver en lo que ha quedado el aeropuerto más grande y soñado en todo el Caribe latinoamericano: Fran Field, cerrará los ojos con ganas de amusgar para el norte cuando vea las ruinas del babilónico hospital naval de Coco Solo donde lo llevaban a él y a sus primos cada vez que le dolía un diente de leche, se le retorcerá el estómago y el "estógamo" (como dice sombrerito), cuando vea los basurales en los puertos de Cristóbal en donde antes de la ARI, se podía tomar cómodamente: Jugo Zorrillo "añingotado" en el suelo.
Lo que sí le debe quedar claro a la anfítriona colonensa, ante la hipotética visita de J. McCain a la tierra en donde vio los primeros rayos del astro rey, es una sola cosa: ¡No pedir pendejadas! como visas, trabajo, inversiones, etc. A un visitante como aquel, en un pueblo como este, en donde pronto habrá una guerra a machetazos por el arroz Compita, hay que pedir cosas sustantivas, como por ejemplo: 200 toneladas semanales de queso amarillo "CARE", de ese que desayunábamos metiéndolo por rodajas en la tortilla de maíz caliente.
La grandilocuente edil de Cristóbal podrá asegurarle a J. McCain que no se perderá una sola lata de queso, pues las distribuirían los dos virtuales contendientes por la presidencia de Panamá: Martinelli que es honrado hasta la lengua y Juan Carlos Navarro que es bueno, capaz y sabe hablar inglés.