Para gustos, los colores. Así suena un dicho muy popular entre el pueblo panameño, para referirse al criterio de una persona con relación a un tema o una persona. Como caso particular, tenemos a aquellas personas que disfrutan de la música, la rumba y a los que prefieren un ambiente más tranquilo en contacto con la naturaleza.
En un recorrido realizado por la ciudad capital, tratamos de ubicarnos en dos de los ambientes que prefieren, muy concurridos por niños, jóvenes y adultos, nos referimos al Causeway de Amador y el populoso barrio de El Chorrillo.La Calzada de Amador
Es un gigantesco rompeolas en la entrada del Canal de Panamá. El lugar sirvió como lugar estratégico para la defensa del Canal durante la administración estadounidense.
Durante el recorrido pudimos observar que existe un notable número de personas que prefieren aprovechar sus días o ratos libres, para estar en un ambiente rodeado de todo lo que ofrece la naturaleza.
Amador es un lugar propicio para realizar ejercicios, correr, caminar, manejar bicicleta o conversar cómodamente con el beneficio que brinda la refrescante brisa, y por qué no, puedes visitar alguno de los restaurantes con que cuenta el lugar.
Por la llegada no te preocupes, porque aunque no tengas vehículo el acceso al lugar no es difícil. En la 5 de mayo puedes tomar un taxi que te lleve hasta el punto que desees en el Causeway, y listo, no gastará más de B. 5.00 en la llegada y después caminar todo lo que quieras; claro, si tienes un auto se hace más rápido el paseo, y puedes movilizarte para donde tus acompañantes lo deseen, y así disfrutar de una excelente vista panorámica.El popular Chorrillo
Los que han pasado por este lugar, se han detenido a disfrutar de las exquisitas comidas preparadas por hombres y mujeres, que se ganan la vida de una forma honrada. Todos los vendedores de comida del popular Chorrillo se han ganado el aprecio de propios y extraños, precisamente por el amor y empeño con que realizan su faena, algunos diariamente, otros sólo los fines de semana. Esto nos lo pudo confirmar la señora, Guillermina Valdés, quien tiene 20 años de preparar una variedad de comidas para complacer las exigencias de esas personas que llegan buscando un sabor diferente para su paladar.
Una de las cosas que ha caracterizado a El Chorrillo es la calle 8, donde después de las tres de la tarde se observan muchos vehículos con grupos de varias personas,p ara disfrutar de la música, el saus, las cervezas, y por supuesto, el tradicional e incomparable pescado con patacones. Aquí en El Chorrillo, desde temprano se observa en cada calle a hombres y mujeres preparándose para la venta del día, y por supuesto, no faltan los que esperan su turno y pedir lo que le apetezca en el momento.