Conversando con dos maestros de la escuela escénica, Abelardo Tapia, el vetusto maquinista del Teatro Nacional y hoy retirado en el escondido mundo del ostracismo cultural y el reverendo Ramón María Condomines, filósofo, escritor, humanista y director hasta la eternidad del teatro experimental, nos decían que sólo hay que ver desenvolverse en la escena, hablar y gesticular, para saber si se es actor o simple "pacotilla".
Acogiéndonos, sin falsa modestia, a lo largo de más de medio siglo, hemos reconocido, porque les hemos seguido los pasos a aquellos que poseen las cualidades y el talento para encumbrarse en el parnaso y ser señalados por el axioma de los dos maestros teatrales.
Félix Gómez, veterano actor con cualidades farsescas, maestro de la mímica quien desde sus inicios en aquella obra "Arsénico con o sin leche" marcó para siempre su futuro que hoy derrama con exuberante simpatía.
Neyssa Ferguson, comediante de teatro y televisión, fue guiada con misticismo y carácter por buenos directores y maestros. Conoce la Ferguson la temática actoral y le da su figura la expresión corporal requerida para cada uno de sus diversos y complicados personajes.
Jhonathan Prosper, no tan ajustado por el tiempo de los dos anteriores, ha demostrado con la incorporación de sus personajes una solvencia con carisma y mucho talento, aunque con personajes alejados de su edad real. Ha sobrepasado los linderos de la actuación para incursionar en la dramaturgia y la dirección. Sus textos son bien hilvanados y llenos de secuencias bien pensadas y con realismo escénico.
Aurea Horta, a quien desea curiosear el álbum de los recuerdos debe saborear con deleite la carrera artística de esta hermosa, creativa y exquisita exponente del teatro panameño. Producto de una familia de artistas demostró sus garras con obras ligeras y que ella supo capitalizar y con creces. Aprovechó su esbeltez para también demostrar su creatividad en la TV de Venevisión. Creó junto a su hermana y madre una empresa a fin y desde allí también impartir su docencia y conocimiento.
Renán Fernández, quizá el que más rápido haya ascendido a niveles de actores consagrados, tiene colorido y madurez, conoce lo que trata, escribe y dirige, es un joven solado de las candilejas.
Queremos aprovechar para dialogar con ustedes sobre algunos artistas que se dan el lujo de exportar "pasquines" aunque no clandestinos para paciencia de nuestros teatristas y público. Tal es el caso de la conocida "Monólogo de la vagina", ejecutado por las actrices venezolanas Beatriz Valdés, Fabiola Colmenares y Caridad Canelón, quien reemplaza a la panameña Mercedes Moltó. Este trío de féminas ya saboreó las mieles del éxito "económico" más no el artístico, porque dejó mal sabor en la boca a cientos de mirones frustrados con su anterior "puesta", mal sonido, lecturas con errores y que como "masoquistas" vuelven a interpretar, quizá con la esperanza de mejorar lo inmejorable. Deben, al respetable, haber visto la presentación de Norman Douglas para que tuvieran la licencia de comparar lo bien hecho con un carromato a la mediocridad. Este miércoles el grupo de teatro de RTVE presenta para su compañeros del canal la producción "El Fotógrafo" y "Condominio Trucumunduco" a beneficio del Cuerpo de Unidad Investigativa que dirigen los escritores César del Basto y Mara Bonilla.