Las provincias de Herrera y Los Santos han sufrido una brutal deforestación los últimos 100 años. Quizá se note por ser las más pequeñas del país. Lo cierto es que tienen el clima más caluroso; y cuando la época de lluvia se demora, los estragos son millonarios y preocupantes para todos sus habitantes.
La agricultura y la ganadería han sido los rubros más sobresalientes de estas provincias; pero de todos es conocido que estas actividades requieren de tierra, mucha tierra. Incorporado a esto, se a unido en las últimas décadas la actividad camaronera, la cual, al igual que la agricultura y ganadería requiere deforestación; en otras palabras, destrucción total de bosques de especies nativas, montanos y semi montanos, húmedos y secos. Lo más peligroso: la tala de mangles “centenarios” para la construcción de gigantescas lagunas para las camaroneras. Cercenando la última y única cortina natural contra la salinización de las áreas verdes en tierra firme (Sarigua es un ejemplo).
AGRICULTURA
En Azuero se cultiva en grandes cantidades: arroz, maíz y caña de azúcar. Estos tres principales rubros requieren de terrenos totalmente desprovistos de árboles, por lo que arrasan con todo (flora y fauna). Recuperar estas tierras para que vuelva el bosque nativo, es casi imposible.
A la agricultura azuerense se le anexo hace 20 años los cultivos no tradicionales para la exportación: sandía, melón, zapallo y otros.
CAMARONERAS
El negocio de las camaroneras ha sido muy lucrativo. Por eso el Estado en administraciones anteriores cedió en concesión miles de hectáreas en esta región para la construcción de camaroneras. Para eso derribaron a diestra y sinistra, (sin estudios previos) cuantos manglares centenarios encontraran a su paso.
Para algunos ganaderos de París, Parita y Monagrillo la aparición de la “mancha blanca” en la administración de Ernesto Pérez Balladares como Presidente de la República, fue una salvación para ellos. La explicación la presenta la fotografía tomada desde un cerro colindante con Sarigua y el área de las camaroneras.
Se aprecia perfectamente la destrucción de un bosque primario (especies nativas), en primer plano. Le sigue el monte nativo. Después un manglar con árboles pequeños que bordean gran parte de la costa del Golfo de Parita. Todo eso estaba programado a ser deforestado para las camaroneras; pero al conocerse de la aparición de la “mancha blanca”, los inversionistas desistieron a la concesión que les había otorgado el Estado. Nos explicó un ganadero, quien a la ves comentó que esto hubiese sido desastroso para todas las fincas contiguas a Sarigua. “La desertificación ya nos habría liquidado”, aseveró.
GANADERO Y CONSERVACIONISTA
Decir que un ganadero de la región de Azuero, (en este caso de Herrera), es “ecologista” suena a fantasía, algo así como pensar que un perro y un gato duerman juntos. Decimos esto porque; son precisamente los ganaderos que no admiten un solo árbol en sus potreros, aduciendo que sus sombras pudren el pasto, y otra serie de señalamientos mal infundados con el pretexto de no tener árboles en sus linderos; solo hierba para sus animales y nada más.
Gracias a Dios que existe un ganadero que piensa diferente a esos “arboricidas”, y es muy exitoso con sus hatos. Se trata del ing. Víctor Manuel Pérez Batista, quien no permite que se le corte ni un solo árbol nativo en tres fincas en distintos lugares, las que parecen copias las unas con las otras.
En sus fincas mantiene árboles centenarios gigantescos, frondosos que sus sombras cubren grandes extensiones de tierra pobladas de pasto tan verde y lozano como el que se encuentra bajo los rayos solares. En cada uno de estos árboles existe una simbiosis perfecta, como plantas parásitas que atraen a variedades de insectos a comer sus frutos y la del árbol.
Esto agrada a diferentes tipos de aves que llegan a alimentarse de semillas o de los insectos. Cada árbol de estos, es la naturaleza misma en efervescencia.
Hay árboles como el “herrero” (Prosopis Juli Flora), el “bobo” (Eritrina)-nombre científico- “corotú”, guachapalí, todos ellos son “leguminosas” que gusta al ganado (ramas y frutos).
