El capitán y arquero Claudio Bravo, de la selección chilena, le entregó una camiseta con el número 15 al presidente de Chile, Sebastián Piñera.
Los jugadores de la selección chilena fueron aclamados ayer como héroes por los aficionados a su llegada a Chile, donde fueron recibidos en el Palacio de La Moneda por el presidente del país, Sebastián Piñera.
Unas dos mil personas se agolparon en la Plaza de la Constitución, frente al palacio presidencial, para esperar el autobús que traía desde el aeropuerto al combinado chileno, que el lunes pasado fue eliminado del Mundial de Sudáfrica tras perder frente a Brasil en los octavos de final.
El delirio se desató entre el público cuando los jugadores y el cuerpo técnico, encabezado por el rosarino Marcelo Bielsa, cruzaron la plaza por una moqueta roja para adentrarse a la sede de Gobierno, donde los esperaba Piñera.
En el interior, el mandatario saludó a todos los integrantes de la expedición chilena.
Tal y como sucedió en la visita de Piñera a la Roja antes de partir a Sudáfrica, el saludo entre el presidente y Bielsa se resumió en un frío apretón de manos.
En la ceremonia, Piñera entregó a los jugadores y al cuerpo técnico las primeras medallas Bicentenario, instituidas con motivo de los 200 años de la independencia de Chile y destinadas a personalidades relevantes.
Ello para agradecerles su buena actuación en Sudáfrica, donde consiguieron ganar un partido después de una larga sequía de 48 años sin triunfos en un Mundial y pese a su temprana vuelta a casa, quedaron en el décimo casillero de la clasificación general.
Marcelo Bielsa fue uno de los personajes más aclamados por la hinchada, que le pidió que siga al frente de la selección, aunque el rosarino, fiel a su estilo esquivo y reservado, no apareció y cedió el protagonismo a los jugadores.
