Largas filas de jóvenes profesionales panameños se apersonan a la Embajada de Canadá a buscar documentos para informarse de las oportunidades laborales en el país norteamericano.
Guiados por la oferta de 250,000 plazas de trabajo en Québec y Ontario, muchos han optado por buscar un futuro mejor en el norte.
"No tengo futuro aquí, No hay empleo", dice uno de los jóvenes al recibir la información para obtener el visado de Ottawa.
Diego Blais, quien ahora trabaja como representante oficial del gobierno canadiense, nos indicó que no es la primera vez que hay este inusitado interés por emigrar a este país.
Blais antes fue consultor laboral para Latinoamérica.
"Todo debe hacerse en regla y con la debida reglamentación", nos indicó.
Así, ha vuelto la fiebre por emigrar a otras latitudes a los nacionales. Tal como lo afirmó antes el embajador de Canadá en Panamá, David Adam, fue entre 1980 y 1988 cuando miles de istmeños fueron hacia Norteamérica a trabajar, pero unos iban en calidad de refugiados políticos y otros como empleados.
Ante la marejada de personas, el jefe de misión canadiense nos había informado que es deber del Consulado y el departamento de Inmigración determinar quienes pueden trabajar y estudiar allá. Uno debe enviar sus papeles de migración al Consulado Canadiense en Guatemala y optar por la visa, con previa consultoria especial de la misión diplomática.
MONTREAL, NUEVA CASA
Otra es la historia de aquellos panameños que hoy en día viven en Canadá.
UNOS NUEVE MIL HABITAN EN ESE PAIS.
Marlene Dietrich, una panameña que lleva años en Montreal, en la provincia francófona canadiense del Québec, nos escribe a su vez sobre sus experiencias en esta vasta tierra norteña.
Por años trabajó en el Consulado panameño en Montreal y fue nuestra guía cuando en 2001 visitamos dicho país. Fue una grata sorpresa ver que en el distrito de Sheerbroke, al este de Montreal, decenas de familias panameñas conviven con otros grupos nacionales latinoamericanos.
Un interesante juego de beisbol se desarrollaba cuando llegamos y los panameños aventajaban a un equipo de cubanos. "Extraño mi país, pero ya tengo quince años viviendo aqui", me dijo uno de los jugadores.
Marlene nos indicó que todos los domingos, los panameños (que suman unos tres mil en Montreal y alrededores) van a misa y se reúnen varias veces al mes. Y todavía extrañan a Panamá...