EDITORIAL
¿Dónde
estuvieron los inspectores
?
La conocida
novela de Soltzetnizen "Pabellón de Cancerosos"
recoge el episodio censurable acaecido dentro de la vertical
dominación soviética que permitió omitir
la instalación de baños en uno de los pisos del
hospital construido para atender el morbo cancerígeno,
resaltando los generalizados temores de la burocracia comunista
que tramitó la obra, quienes en sospechas recíprocas
guardaron silencio sin advertir la omisión arquitectónica,
pensando que era una trampa intencionada.
En Panamá, sin existir la férrea sujeción
de temor y recelo del centralismo autoritario de feroz garra
e indiscutibles decisiones, se repite el suceso del Pabellón
Canceroso, al comprobar que en un hospital de provincia, en Aguadulce,
se levantó la obra, se cobró, y se dejó
de construir uno de los pisos proyectados, ofreciendo incompleto
el inmueble sanitarista.
Esta deficiente construcción panameña logró
pasar por inspecciones y controles de técnicos y burócratas,
al amparo de sigilos y suspicacias, donde intereses y acomodos
torcidos afectaron los valores cuya reclamación ahora
causa controversia entre la Caja de Seguro Social y los constructores
de la obra.
De acuerdo con declaraciones de la Directora General de la
Caja de Seguro Social, las irregularidades en el manejo de proyectos
inmobiliarios de la institución alcanzan a la administración
anterior, al extremo que despidió al funcionario responsable,
por la evidencia de sus desmanes.
Es sumamente sospechoso para el ciudadano sencillo entender
cómo una obra recibe periódicas visitas de inspectores
al servicio de la burocracia, y sometimientos a la vigilancia
de los auditores de Contraloría, pueda terminar con un
piso menos, sin haberlo advertido ninguna de las instancias verificadoras.
En Panamá hemos presenciado en el ejercicio mandatorio
del régimen que fenece múltiples denuncias que
hacen relación con deficiencias e incumplimientos de contratistas
responsables de obras públicas, tales como olvidar construir
los accesos a poblaciones en el recorrido de la vía Interamericana;
o dejar un matadero municipal interiorano inconcluso y cobrado
en su totalidad; entregar equipos técnicos de enseñanza
dañados, situaciones que relievan culpa, dolo, o ineficiencia
en quienes titulan las funciones verificadoras públicas,
que no impiden indebidos aprovechamientos, peculados y manejos
ilegítimos.
El caso ocurrido en el Hospital de Aguadulce de la Caja de
Seguro Social reclama acciones severas, investigaciones profundas,
y aclaraciones a la opinión pública, de manera
que cualesquiera actuaciones punibles, resulten castigadas, y
los intereses populares reivindicados.
PUNTO CRITICO |
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