PAIS ENTERO PIDIO POR LUISA FERNANDA Liberación de político y niña genera clamor contra los secuestros

Agencias
Internacionales
La liberación ayer en Colombia de un diputado regional hermano de un negociador gubernamental con la guerrilla y de una niña de cinco años, tras sendos cautiverios de cuatro días y diez semanas, generó un clamor nacional contra el fin de los secuestros en el país del mundo que más los sufre. Guillermo León Valencia Cossio, diputado conservador en la Asamblea de Antioquia y hermano del ex presidente del Senado y delegado del Gobierno ante las FARC Fabio Valencia Cossio, fue entregado a una comisión integrada por delegados del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y de la Defensoría del Pueblo. Después de cuatro días en poder de los paramilitares, Valencia propugnó ayer que esos activistas de extrema derecha sean incluidos en los diálogos de paz, por considerar que "son actores de la guerra y también deben ser artífices de la paz". El gobierno que preside Andrés Pastrana, también conservador, negocia con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y abrió un proceso con la otra guerrilla importante del país, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), aunque descarta hacer lo mismo con los paramilitares. Valencia Cossio fue secuestrado el lunes por las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en Medellín, en una acción en la que murieron uno de sus escoltas y un paramilitar, y le dejaron en libertad en un área rural del municipio de San Roque, en el departamento de Antioquia, a unos 350 kilómetros al norte de Bogotá. Casi de forma simultánea, fue liberada la niña Luisa Fernanda Cano, retenida el pasado 15 de abril supuestamente por guerrilleros de las FARC cuando viajaba con su madre por una carretera también del departamento de Antioquia. La pequeña fue entregada hoy en una zona rural conocida como La Encarnación, cerca del municipio de Urrao, a unos 450 kilómetros al noroeste de Bogotá, a la Defensora del Pueblo, María Teresa Villegas, y poco después a su padre, el comerciante Jorge Cano. La madre de la niña, Luz Amilvia Madrid, había sido liberada el pasado 8 de junio tras el pago de un rescate de unos 75.000 dólares, y los secuestradores exigían a su padre una suma adicional por la entrega de la pequeña. La madre de la menor ha insistido en que los responsables de la retención de ambas fueron guerrilleros del frente 34 de las FARC, guerrilla que negó que hubiera tenido en su poder a Luisa Fernanda. El presidente colombiano, Andrés Pastrana, se mostró complacido con las liberaciones de la niña y del diputado regional, y pidió a todos los grupos armados, de izquierda y derecha, así como a la delincuencia común, que pongan fin a la práctica del secuestro. Colombia, con más de 2.500 secuestros anuales, es el país del mundo donde mayor número de personas son retenidas de forma violenta por organizaciones rebeldes de izquierda, grupos paramilitares de la extrema derecha o delincuentes comunes. Pastrana consideró las dos liberaciones de hoy como "un hecho muy positivo", y agregó que "los colombianos no queremos más secuestros y queremos que se acabe, que se erradique el secuestro de la faz de nuestro país, especialmente el secuestro de niños". Según el director de Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Juan Manuel Urrutia, en el primer semestre de este año se han registrado 117 secuestros de menores de edad en su país. El principal portavoz de las FARC en las negociaciones con el Gobierno, Raúl Reyes, negó esta semana que su organización hubiese retenido a Luisa Fernanda, y dijo que secuestrar a menores no era política de esa guerrilla, la principal de Colombia. La retención de la niña conmocionó al país, y varios diarios, emisoras de radio y canales de televisión organizaron una campaña nacional para exigir la entrega a su familia de la pequeña por medio de miles de mensajes enviados desde todas las regiones colombianas. El comandante de las Fuerzas Militares, general Fernando Tapias, y numerosas personalidades expresaron hoy su satisfacción por ambas liberaciones y exigieron poner fin a los secuestros.
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