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EDITORIAL
Estudiantes y padres de familia
Cada día en Panamá suceden cosas que nos sorprenden. Una de ellas ocurrió la semana pasada en la escuela Ciudad Jardín Las Mañanitas, una madre de familia le entró a golpes a la maestra de su hija, porque ésta le llamó la atención. Frente a sus alumnos, la docente fue agredida. Tremendo ejemplo que reciben esos niños, mañana pasado nadie se debe sorprender cuando uno de esos niños, también le entre a trompadas a la maestra. Desde el hogar se está engendrando la violencia. Por qué esa madre no averiguó primero lo sucedido o presentó una queja ante la dirección del plantel, que sería le encargada de adoptar alguna sanción, si es que la maestra actuó mal. Hoy, por ese incidente las clases en el sector de Tocumen amanecen paralizadas y los docentes están exigiendo protección hasta de la Policía Nacional. Todas esas cosas revelan la descomposición que hay en los hogares panameños y que luego se refleja en mayor proporción en las calles de Panamá. A veces nos preguntamos por qué los estudiantes buscan fórmulas de protestas violentas, por qué lanzan todo tipo de objetos contundentes contra los policías y particulares que se atreven a circular por las zonas de manifestación. El incidente que se registró en la escuela de Las Mañanitas, nos da una idea de lo que sucede hoy día. A pesar de los avances tecnológicos y facilidades de estudios, se dan situaciones que nos ponen a meditar y concluir que estamos fallando como familia. Se pueden tener buenos maestros y salones equipados, pero si en la casa no se apoya la educación con buenos ejemplos y adecuados modales, estamos perdiendo el tiempo con nuestra niños y jóvenes, ya que mañana tendremos hombres intolerantes, que por cosas insignificantes recurren a la violencia.
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PUNTO CRITICO |
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