Terremoto: ¿Estamos
preparados los panameños?

Vladimir Rodríguez
Crítica
en Línea
El
reloj marca las doce mediodía y al encender la televisión
se pueden ver imágenes de una ciudad destruida por completo
en un país hermano, luego de ser sacudido por un fuerte
terremoto que por su historial de eventos sísmicos resulta
una costumbre, sin embargo en la mente de los panameños
queda plasmada la sensación de vulnerabilidad frente a
un fenómeno de gran magnitud.
Durante el noticiero televisivo se informa de la existencia
de 15 muertos, alrededor de 200 heridos y decenas de personas
sepultadas, sin que podamos reaccionar frente a tal situación
sólo nos consolamos diciendo que en Panamá, ojalá
esto nunca pase, pero mantenemos el canal para estar informados.
La realidad de nuestro país, puede ser calificada como
una bendición del Todopoderoso, sin embargo no estamos
exentos de una situación de desastre natural por causas
de un terremoto, por lo que debemos estar preparados.
Para el sismólogo Jaime Toral, jefe de la red Sismológica
del Instituto de Geociencias de la Universidad de Panamá,
la última vez que nuestro país se vio seriamente
afectado por un terremoto, fue durante el mes de abril en la
región de Bocas del Toro en 1991, donde hubo un total
de 32 muertos y cuya magnitud fue de 7.6, aún mayor que
la registrada en la ciudad de Puebla México, el pasado
martes, sin embargo por ser una región no muy poblada
o sin grandes edificios quizás no fue tan impactante,
como hubiera sido en otra ciudad.
Toral agrega que a pesar de contar con un historial reducido
de grandes sismos, en Panamá sí se han dado fuertes
movimientos como en 1934 en la provincia de Chiriquí;
en el siglo pasado, 1882 murieron 5 personas entre las ciudades
de Panamá y Colón, además se vio afectada
la comarca de San Blas, donde 70 personas murieron por olas provocadas
como consecuencia de la fuerte energía del terremoto.
Por otra parte la ciudad de Panamá se ha visto afectada
por dos grandes terremotos como el del 2 de mayo de 1621, con
intensidad de 8 Mercalli, donde la población era de sólo
5 mil habitantes y también el del 7 de septiembre de 1882
que afectó toda la región central cuando estaba
habitada por 25 mil habitantes.
"Hoy en día sólo en el distrito de San
Miguelito, existen más de 300 mil personas y qué
pasaría si se registrara un terremoto de intensidad 7
Mercalli o solamente un movimiento sísmico menor",
¿cuál sería el comportamiento de las personas
en espacios abiertos, estadios, etc.?, frente a una eventualidad
de este tipo en donde serían presa fácil del pánico.
Reitera Toral que no podemos hablar que en Panamá
no existe amenaza de terremotos, sino que el bloque tectónico
de nuestro país es una placa independiente dentro del
contexto mundial y las colisiones entre placas es bastante baja
por lo que no se dan movimientos sísmicos con mucha frecuencia,
como en otros países como México o Nicaragua.
El jefe de Sismología del Instituto de Geociencias,
señala que los puntos o zonas propensas a un terremoto
en Panamá, son la parte occidental, en las provincias
de Chiriquí y Bocas del Toro; además del área
fronteriza con Colombia, en las comunidades de Jaqué o
La Palma en la provincia de Darién.
Según los investigadores la región central de
Panamá en los próximos 50 años, podría
ser afectada por un terremoto de baja intensidad pero por ser
la capital o el eje motor en inversiones se registran más
pérdidas que en una región poco poblada.
Por otra parte, las autoridades del Sistema Nacional de Protección
Civil, señalan que cuentan con el personal debidamente
capacitado para estos eventos, al igual que los bomberos y la
Cruz Roja, sin embargo la población debe tomar conciencia
de la importancia de prepararse.
Se desarrollan planes pilotos en las escuelas a nivel nacional,
en base al programa "Protección Civil Escolar",
porque es más fácil crear conciencia en los menores
y no hay que esperar que pasen las cosas para después
actuar.
Entre las recomendaciones para sobrevivir a un temblor están:
a) Mantener la calma, b) Si está bajo techo: busque refugio
debajo de una mesa o escritorio lejos de ventanas o puertas de
vidrios, c) Si está al aire libre: manténgase lejos
de edificios, árboles y líneas eléctricas
o telefónicas y d) Si está en la carretera: maneje
hacia un lugar alejado de puentes o vías elevadas, estaciónese
en un área fuera de peligro: quédese en su vehículo.
¿QUÉ HACER DESPUÉS DE UN TEMBLOR?
1. localice heridos, administre primeros auxilios. Inspeccione
el área, localice gas, agua, ruptura en tuberías
de aguas negras, localice cortocircuitos y líneas de electricidad
caídas, desconecte los servicios dañados.
2. Localice daños estructurales que puedan causar daños
con movimientos sísmicos secundarios.
3. Limpie derramamientos de substancias peligrosas.
4. Sintonice su radio para recibir instrucciones de Protección
Civil.
5. Cuando compruebe que ha dejado de temblar, salga con tranquilidad.
6. Apague cualquier fuente de incendio.
7. No regrese a la casa después del primer temblor
porque siempre existe el riesgo de sismos secundarios.
8. Lleve consigo el equipo mínimo de sobrevivencia:
frazadas, linternas, pilas, alimentos enlatados, recipientes
de agua con tapas, radio transmisor.
9. Ir al lugar preestablecido en el plan de emergencia.
10. No caminar bajo las construcciones que pueden derrumbarse.
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Técnicamente
el terremoto es un estado vibratorio o de inestabilidad de la
corteza terrestre, que se presenta súbita y violentamente,
produciendo desplazamientos de tierra, que pueden ser horizontales
o verticales. Esto trae como consecuencia las continuas transformaciones
y cambios de la superficie de la Tierra. Su origen es diverso,
ya que puede ser por la ruptura de la corteza terrestre, por
el movimiento de las placas tectónicas o por influencia
de un volcán.
Los sismólogos saben que los antecedentes históricos
pueden contribuir a la predicción de los terremotos. Por
ejemplo, en la Ciudad de México, por observación
de registros, se ha comprobado que cada 35 años ésta
es afectada por movimientos sísmicos fuertes y en la población
de Parkfield, cerca de Los Angeles, en California, se da un gran
terremoto cada 20 años. Según los científicos,
existe la posibilidad que en el año 2,020 se produzca
otro gran terremoto en la Ciudad de San Francisco, California,
mientras que en El Salvador hay uno cada 20 años. Estos
son sitios ya señalados en el tiempo para sufrir estos
terribles estremecimientos de la tierra.
Los sismólogos han mencionado las alteraciones en la velocidad
de las ondas sísmicas, dilatación del suelo y pequeños
temblores a lo largo de las márgenes de las placas de
la corteza terrestre, como signos de advertencia de que va a
ocurrir un terremoto pero hay manifestaciones naturales como
la conducta de algunos animales como los perros que aúllan
desesperados como sirenas de alarma y los conejos o ratones que
huyen despavoridos sin rumbo fijo, que pueden servir de guía
o advertencia de un sismo inminente.
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