Un muerto a ritmo
de reggae en Farfán

Miriam Vicenta Almanza y Yodalis Bethancourt
Crítica
en Línea
Seis disparos
se confundieron con el ritmo musical afroantillano, y la caída
de dos cuerpos humanos bañados en sangre al suelo alertaron
a los bailarines que no era precisamente una coreografía
lo que estaba ocurriendo.
Un muerto y dos heridos de gravedad fue el saldo de la tragedia.
Lugar de los hechos: Playa Farfán, en Veracruz, distrito
de Arraiján.
El muerto: Reynaldo Clifford Word, de 26 años de edad.
Los heridos: Luis Vergara, de 30 años, residente en
San Miguelito, y Luis Alveo, 19 años, morador de Veranillo.
El hecho se registró alrededor de la 1:45 de la madrugada
del sábado, durante un festival de reggae, y mientras
un artista nacional demostraba su talento en la tarima seguido
de la fanaticada que coreaba la letra musical
de pronto,
una serie de ruidos desafinaron el ritmo.
Y el área que unos segundos antes estaba lleno de personas
saltando y divirtiéndose, quedó semi vacío,
ocupado por dos cuerpos tirados al suelo y cubiertos de sangre.
No hubo indicios visibles de una riña que alertara
sobre un posible confrontamiento. No hubo un gesto delator que
previniera una pelea.
Minutos después, en la calle de salida hacia la Ciudad
Capital, se escucharon intercambios de disparos, y allí
también quedó otra víctima herida de gravedad.
El informe final reveló que a Clifford Word, quien
falleció en el Hospital Santo Tomás, lo mató
una bala que recibió en la parte trasera de la cabeza.
En tanto que Luis Vergara se debate entre la vida y la muerte
porque uno de las balas se le incrustó en la parte trasera
del cráneo y Luis Alveo fue herido en el omoplato izquierdo.
La actividad se desarrolló sin la vigilancia policial,
a pesar de que los organizadores solicitaron la custodia, según
se dio a conocer.
Aproximadamente a las 5:00 p.m., de acuerdo a la fuente, algunos
miembros policiales se presentaron al lugar donde se realizaría
la actividad y dijeron que no había suficientes unidades.
Sin embargo, también se dio a conocer que el organizador
de la festividad se presentó a pedir el servicio de vigilancia,
pero no tenía el permiso correspondiente, y se le dijo
que debería presentarlo, empero, no regresó.
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