Serbia rompió ayer una racha de cinco derrotas consecutivas en la Copa del Mundo y bajó los humos a la gran favorita del grupo D, Alemania, que en el minuto 37 perdió por doble amarilla a su máximo goleador, Miroslav Klose.
Alemania, deslumbrante en su goleada a Australia (4-0), quería sentenciar en Puerto Elizabeth y dejar resuelto su pase a octavos, pero Serbia necesitaba una victoria para seguir respirando, tras su derrota frente a Ghana, y aceptó el reto de disputar el triunfo a la triple campeona del mundo.
Joachim Löw alineó a los mismos que golearon Australia, en tanto que Radomir Antic introdujo tres cambios. Uno obligado, el de Neven Subotic por el sancionado Aleksandar Lukovic, y además, puso en juego de salida a Zdravko Kuzmanovic y a Milos Ninkovic.
Alemania empezó dominando. Ya en el m.7, Podolski realizó un disparo desde la frontal del área. Los germanos controlaban el balón sin apresuramientos frente a un equipo apremiado, de movimientos rápidos y nerviosos.
La primera media hora apenas si registró ocasiones de gol. Un lanzamiento de falta de Kolarov (m.33), que salió fuera por poco, y una acción de Klose (35), que dejó el balón en el centro del área, pero no encontró rematador, fueron los momentos de mayor peligro.
Pero la segunda amarilla a Klose, que le mandó a la ducha en el m.37 por una entrada por detrás a Stankovic, cambió el curso del partido. Un minuto después el rubio Krasic ganó por velocidad a Badstuber, centró desde la banda derecha, y Zigic, entrando de cabeza por la izquierda, se la puso a Jovanovic, que ejecutó a Neuer en el cuerpo a cuerpo.