sábado 19 de junio de 2010 

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Pacífico regresa a su patria

Grisel Bethancourt | Crítica

Pacífico Castrellón esperó casi 15 años para sentir el calor del abrazo de su madre, Isabel de Castrellón, en suelo patrio, y sentir el aroma de libertad. El emotivo encuentro tuvo lugar la mañana de ayer, en el aeropuerto de Tocumen.

"Estamos de vuelta. Ya todo acabó. Gracias a Dios es un capítulo que dejé atrás", dijo Castrellón a su arribo a Panamá, procedente desde Lima, Perú.

Lo que había anhelado Pacífico: abrazar a su madre, y el significado de ese momento, es una réplica de una pintura que cuelga en una pared de su residencia bajo el título: "Ventana a la libertad".

EMOCIONES
En noviembre de 1995 cambió la vida de Pacífico Castrellón al ser capturado como parte de una célula terrorista del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) junto a la norteamericana Lori Berenson. La captura le costó 11 años y medio en el penal Miguel Castro-Castro. Primero un tribunal militar lo condenó a 30 años de prisión; pero luego tuvo otro juicio en la esfera penal y la sentencia fue de 15 años. Al final se le redujeron 4 años y medio para abandonar la prisión el 30 de marzo de 2007.

Ayer con voz quebrada por la emoción, atinó al decir: "Han pasado años.., años pensando en este momento. Estoy muy alegre".

La alegría que sentía la manifestó reiteradas veces mientras miraba a su madre y a su alrededor.

Castrellón luce delgado. Tiene la barba poblada y blanca. Casi sin aliento y con lágrimas contenidas en las ventanas de los ojos, sólo atinó a revelar la emoción que no podía ocultar. "Me siento muy contento, muy alegre de venir a Panamá abrazar a mi familia, abrazar a mi madre después de casi 15 años. ¿Qué le puedo decir? ¡La emoción es tan grande!".

El hombre que desea seguir abrazando a su madre Isabel, un poco más sosegado contó en la residencia que lo acoge, cuán distante y solo se sintió durante los once años en el frío penal de Lima. Contaba los días para que llegara la Cónsul de Panamá en Lima para darle noticias de su familia.

"A pesar de la distancia no estuve solo. Ver panameños allá era una gran alegría.. ver gente de mi tierra.. Tengo demasiadas deudas de gratitud", comentó.

ENTRE TRIBUNALES
Esas gratitudes son para los embajadores, cónsules, personal de la Cancillería panameña y la Defensoría del Pueblo que entre 1995 y el 2010 estuvieron 'empujando' su caso.

 


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