"Debería haber una escuela para enseñar cómo ser padres", pensé el otro día con motivo de la celebración del Día del Padre.
Padre es tal vez la mayor responsabilidad que puede tener un varón, y no hay un centro donde se enseñe a serlo. En otros países sí existen estos lugares...
Por eso muchos jóvenes al iniciar su vida sexual, lo hacen sin ninguna responsabilidad.
La más visible de ellas es no utilizar preservativos.
Encuestas realizadas en colegios y universidades indican que es bastante elevado el número de jóvenes que no cuidan su salud ni la paternidad.
Luego no será de extrañar que ocurran los "embarazos no deseados", causando problemas a personas que apenas comienzan a vivir.
Que el joven se enferme de algún mal, que va desde las infecciones genitales hasta el mortal SIDA.
Desde otro punto de vista, tenemos lo económico, que no se puede considerar secundario.
Numerosos problemas suceden cuando se trata de conseguir una pensión alimenticia. No les extrañe que el mal padre invente "cuentos" para no mantener a su hijo.
Algunos de esos cuentos son viejos. Reclamarán que ese hijo "no es suyo", porque la dama "andaba con otro". Ahora, gracias al ADN, esta excusa puede ser eliminada.
Entonces vendrá la pensión, que el mal varón buscará la forma de evitar. Incluso, se declararán en quiebra económica, para no pagar.
También le dirán insultos a la mujer o al niño, para que desistan de cobrar la pensión.
Hay madres que ante esta resistencia, que les puede afectar su orgullo femenino, decidirán "criar sola a su hijo". Así el sinvergüenza "padre" se saldrá con la suya...
Se debe advertir que no queremos echarle toda la culpa de tal situación solamente a los padres. Es a fin de cuenta "un asunto de dos, en el que el hombre propone y la mujer dispone".
Jovencitas realizan sexo sin protección y con compañeros que no conocen si son responsables y las quieren de verdad. Se dan relaciones sin amor, siendo solamente un asunto "de la carne".
Hace casi un siglo, existía el machismo bien marcado en los panameños y extranjeros.
Criar a los hijos era expresión de varón. Por eso el padre mantenía todos los hijos, fueran o no de matrimonio.
Ahora, el "juegavivo" inunda este asunto, causando traumas en niños, jóvenes y adultos.
"Madre sólo hay una, padres no", decían en Parque Lefevre hace setenta años...
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