El cementerio municipal de La Chorrera se quedó sin tierras para sepulturas, además no existen bóvedas y osarios disponibles.
Los comités que administran los cementerios rurales están limitando el uso exclusivo para los residentes del área.
Antes de autorizarse el sepelio, los familiares del difunto deben aportar una certificación expedida por la Corregiduría del lugar, en donde se indique que el difunto residió en el área.
Esta situación se presenta en los cementerios de Potrero Grande, Puerto Caimito y La Mitra, que son los más cercanos al centro del distrito.
Dentro del cementerio municipal existen 915 bóvedas, divididas en once secciones las cuales están llenas, y solamente cuando se realiza una exhumación queda un espacio libre, aunque generalmente estas son realizadas por familias que necesitan dar sepultura a otro de sus miembros.
La administradora del campo santo, Jennifer Estrada, informó que el último pedazo de tierra disponible dentro del cementerio era precisamente un punto donde existen ojos de agua, lo que no permite perforar más de tres pies de profundidad.
Aun así, se permitió a las familias que así lo quisieran, construir con sus propios recursos, bóvedas en ese lugar y tramitar el pago de los B
250.00 por la compra del terreno; no obstante, el espacio disponible era solo para 50 sepulturas y ya se agotó
Una opción que se ha dado a quienes requieren espacio en el osario para depositar las cenizas o huesos de sus seres queridos ha sido buscar dentro del cementerio algún espacio de un metro cuadrado, en donde los familiares puedan colocar los restos y construir una pequeña estructura.
En el cementerio municipal, se realizan un promedio de dos a tres sepelios por día, pero en terrenos y bóvedas familiares que ya han sido cancelados al municipio.
CIFRAS ENTIERROS 29
Según los registros de la administración del cementerio en los seis primeros meses de este año, se han realizado 122 sepelios y el mayor número en el mes de mayo con 29.