CUARTILLAS
Barrio
Milciades A. Ortiz Jr.
Se puede filmar una película
de selva en San Felipe, en los antiguos talleres de la Estrella de Panamá.
Hay una gran cantidad de gatos adentro de esos edificios, y los muchachos
los matan con biombos y el olor después es insoportable", me
escribe una residente del antiguo Casco Viejo de la ciudad.
Por lo visto ninguna autoridad se ha enterado de lo anterior, lo que
parece indicar que le ponen poca atención a lo que sucede en ese
corregimiento que años atrás fue ejemplo de orden y respeto
ciudadano.
Continúo leyendo la carta: "el parque Herrera es tierra de
nadie; sólo pueden pasar por allí personas valientes que vayan
bien acompañadas". Muevo la cabeza como si dudara de que la
situación sea tan dramática en San Felipe, pero sigo leyendo
la nota: "el hurto en las Iglesias es tan grande, que en un sepelio,
mientras iban a ver el cadáver sus familiares y amigos, los ladrones
se llevaron la cartera de la esposa del difunto".
No es la primera vez que recibo quejas sobre el ambiente maligno que
existe en San Felipe. Quien escribió la carta (que no conozco aunque
protejo su identidad para que no sufra represalias de parte de los maleantes)
dice que ese corregimiento es "un barrio de alta peligrosidad y terror..."
Cuando uno escucha estas quejas debe pensar automáticamente en
el Representante del lugar. Parece que no puede controlar la delincuencia
en su corregimiento, que dicho sea de paso fue declarado por la UNESCO un
patrimonio cultural del mundo. Parece que sólo tomaron en cuenta
sus casas de arquitectura antigua, que pocos turistas pueden apreciar sin
temor de ser asaltados.
Días más tarde de la carta anterior llegó otra con
el mismo tema. Allí se decía que existen casas condenadas
en ese sitio que consumen luz eléctrica, sin que sus inquilinos paguen
un centavo. Por lo visto se las ingenian para conectarse al fluido eléctrico,
sin que se den cuenta los activos inspectores del IRHE.
El remitente de la carta dice que no puede hacer algo para solucionar
los problemas del barrio, porque el Representante, no hace caso a estas
denuncias. Pide mi ayuda porque indica que si la hago pública en
esta columna, alguien podrá actuar para evitar la delincuencia en
el Casco Viejo.
Añade que los panameños queremos administrar el Canal y
no podemos castigar a la mayoría de las personas que roban luz, (como
los de esa casa condenada en San Felipe).
Entre los días que mayores robos se cometen están los de
pago de quincena y de jubilados, quienes son fáciles presa de los
asaltantes, jóvenes en su mayoría.
También se refiere el denunciante a los vendedores de drogas.
Sostiene que hay varios que nunca los detienen. "No están graduados
de sexto grado y tienen carros que sólo pueden tener los legisladores",
y nadie investiga esta situación.
"Panamá está en una decadencia moral", termina
diciendo la persona que tuvo la valentía de denunciar la triste situación
que se vive en San Felipe, donde residen personas decentes y honestas.
De poco servirán los millones que se inviertan en mejoras físicas
al Casco Viejo, si antes no se limpia el ambiente de malandrines. Nadie
vivirá en un sitio donde las calles sean inseguras y la droga circule
casi libremente.
¿Y nuevamente viene a mi mente una pregunta tonta: dónde
está el Representante de San Felipe?
Creo que esta situación tiene que ser conocida por los directivos
de la Policía, quienes deben planificar operativos de limpieza de
maleantes con cierta frecuencia. Así, al menos, se podría
controlar la ola delictiva que azota el lugar.
Respecto a los gatos que matan los niños, sería bueno que
el Ministerio de Salud evitara una epidemia causada por la descomposición
de lo cuerpos de los infortunados animales.
En resumen: hay que prestarle mayor atención a San Felipe, señores
de la autoridad.

|