Eran las 3: 15 de la madrugada de ayer, lunes, cuando en la casa de la señora María Eugenia de Pineda se escuchó la voz de una mujer, quien gritaba y sollozaba.
"¡Toc, toc! María, ábreme la puerta por favor, es urgente". Al otro lado, la señora María - quien dormía- no lograba reconocer la voz que irrumpió la pesadilla que tenía, que trataba del deceso de su sobrino, un menor 16 años.
Finalmente, Eugenia se levantó del canapé en que dormía y fue a la puerta de la casa 315 ubicada en Pueblo Nuevo, y la abrió. Allí estaba doña Concepción, estupefacta, pero de pronto reclamó a María Eugenia su tardanza en asomarse. Sin embargo, antes de terminar su última recriminación contó a ésta que Eduardito, el sobrino de 16 años, de ambas, estaba muerto.
"Ahora, ¿cómo vamos a hacer para enterrarlo, si no hay plata para comprar el ataúd?". Esa, al igual que otras interrogantes similares salen al paso como primera reacción que tienen los familiares de los muertos, al saber que uno de sus seres queridos ha dejado de existir.
No cabe duda alguna que cada vez que un integrante de la familia se muere, no se sabe con precisión dónde recurrir.
De allí este manual. Lo primero es saber si se trata de una muerte natural o con traumas. El deceso natural es aquel que ocurre por enfermedad, y el traumático donde hay mano criminal.
Si se trata de una muerte por homicidio: ahogado, ahorcado, apuñalado, impactado y lapidado, regla número uno: no toque el cadáver. Déjelo tal y como está. Luego comunique el suceso a la Policía Nacional, al personal de la PTJ y a la Fiscalía Auxiliar.
Después que esos estamentos de seguridad realizan el levantamiento de la víctima, usted debe tratar de tranquilizarse y también a los demás familiares.
Posteriormente, si desea ver al occiso, trasládese a la Morgue Judicial y a la Fiscalía Auxiliar.
PAPELEOS
El deudo deberá dirigirse a una funeraria para poder dar sagrada sepultura al difunto. Allí, al afectado, el vendedor de ataúd, le presentará el costo por los servicios que él mismo desea.
Los costos varían. La mayoría de las funerarias venden al cliente un servicio completo.
Los funerarios venden el féretro, los trámites de defunción, permiso de sanidad, inscripción de defunción en el Registro Civil, vestir y maquillar al difunto, libro de condolencia, carroza fúnebre, un arreglo floral, pago de misa de cuerpo presente, recordatorios y limosina.
También realizan el servicio de cremación, otra de las opciones que los familiares tienen para realizar el sepelio del difunto.
Si se trata de una muerte natural debido a la naturaleza del mismo, el suceso es más fácil, sólo los familiares deben de llamar a la Fiscalía Auxiliar para que realice el levantamiento del cadáver y si no lo desean, contactar a una funeraria la cual busca el cadáver en una limosina, a la casa del muerto, ya que tienen la potestad por autorización legal de hacer este tipo de trámite, los funerarios.
Los vendedores de ataúd sólo requieren que los familiares del occiso los autorice para realizar el papeleo.
En caso tal que el muerto sea extranjero, se trabaja con el pasaporte o cualquier documento que lo identifique.
En otros casos, que el muerto fuera asegurado, pensionado o jubilado, la CSS debe cubrir B/.300.00 del costo total del sepelio. Esa norma no se aplica a los beneficiarios ni también en el caso que el occiso tuviera más de los seis meses de estar parado, aunque tuviera sus cuotas pagas, tampoco el Seguro le cubre con los trescientos dólares.
CUESTA PLATA MORIRSE
El costo del entierro recae en la caja o ataúd que selecciona el cliente, de acuerdo con Fulgencio González Hinestroza, de 45 años, funerario con 18 años de experiencia.
La caja más cara es el servicio presidencial, cuesta B/.1, 600.00, el ataúd es hecho en los Estados Unidos, es una caja muy fina, es una belleza de féretro, es como una cama ortopédica con sprin y colchón, echa de (foam y satín), explicó "Pistolita", mote de Fulgencio González.
Con B/.275.00 se encuentra la caja colonial, después le sigue la fusa, valorada en B/.350.00 y así sucesivamente hasta llegar a la caja americana, la más cara.
Esos costos tienen incluido, la realización del papeleo de parte de la funeraria, explicó Fulgencio.
Si un familiar desea realizar todos estos papeleos por su propia cuenta, debe tener presente que contratar una carroza vale B/.75.00 y si quieren una carroza de lujo B/.150.00.
Vestir a la víctima. Si son familiares no tiene ningún valor, pero si interviene el funerario esto le sale en B/.15.00 y por maquillarlo B/.35.00. si se trata de una enfermedad contagiosa sube el precio.
El certificado de defunción lo da el Registro Civil y vale B/. 6.50, con las cuatro estampillas que exige la ley.
La misa de cuerpo presente sale en B/.25.00. También se debe tener presente que la orden de defunción la otorga la Contraloría, es gratis, pero después se debe devolver a esa entidad para los registros de defunciones y nacidos que lleva esa entidad.
La preparación de los cadáveres que van a ser trasladados al interior del país y al extranjero, tiene un costo de B/.25.00 a B/.35.00. Esa función ahora en la administración del ecuatoriano Vicente Pachar, como director del Instituto de Medicina Legal, y la morgue judicial, no se realizan.