Eso de que "yo ando contigo y no con tu mamá" está muy lejos de la realidad panameña. Como dice la doctora Jennie Barb, psicóloga y terapeuta familiar, vivimos en una cultura patriarcal, donde la familia extendida (padres, madres, hermanos, primos, tíos, etc.) es importante, en especial cuando nos casamos y vivimos en casa de nuestros padres o cerca de ellos.
Pero lo peor de todo es, permitir que nuestros padres tengan voz en las decisiones de nuestra familia, por ello la doctora Barb, presidenta de la Fundación Unidos por los Niños, sugiere que al casarnos nuestros padres y hermanos pasen a segundo plano. "Una vez casados, la pareja debe ser capaz de poner límites y reconocer que su nueva familia es su mayor responsabilidad".
En ocasiones, la palabra "suegra" es sinónimo de "bruja malvada que sólo vive para hacernos la vida de cuadritos". Una prueba de ello son los chistes y comerciales de televisión que la presentan como una entrometida y buscapleitos. Pero, según la doctora, esto es puro mito.
EVITA LOS PROBLEMAS
El conflicto con las suegras radica en la falta de límites y los vínculos de dependencia emocional que no han resuelto sus hijos e hijas, o sea la clásica "mamitis".
No debes permitir que la suegra o el suegro tomen las decisiones de tu hogar. Pues se observa, señala la especialista, que muchas veces los suegros se sienten con derecho a interferir en las decisiones familiares.
Y qué hay de los padres dominantes, que pretenden disponer de la vida de sus hijos e hijas metiéndose en las discusiones y peleas de la pareja. Quién no ha escuchado: mi suegra es una vieja "alcahueta".
|