Los caballos del capo colombiano, Pablo Rayo Montaño, que habitaban en la Hacienda "La Coqueta", situada a orillas de la carretera principal de Las Uvas en San Carlos, vivían mejor que muchos residentes en el lugar.
La imponente entrada a las lujosas propiedades de Rayo Montaño, curiosamente tienen a ambos lados del portón, una pareja de campesinos hechos en arcilla, agachados que tapan sus rostros con sus brazos, como quien no quiere ver lo que pasa a su alrededor.
A un costado de la entrada, hay una imagen de la Virgen de Guadalupe, finamente trabajada sobre azulejos, que contrasta con la actividad ilícita que realizaba el propietario del inmueble.
Según cuenta una persona del lugar, esta finca que consta de 8 hectáreas fue vendida en aproximadamente B/.45, 000.00 y desde hace 5 años una pareja de colombianos a los cuales identifican como Margarita y Gonzalo vivían allí. Aquí nadie conocía a Pablo Rayo Montaño.
Sin embargo, si comentan que al principio si llegaban muchas personas en lujosos carros al lugar y se hacían muchas celebraciones en "La Coqueta".
Aunque a todos en la tranquila y acogedora comunidad de Las Uvas, les llamaba la atención las lujosas construcciones que en tan poco tiempo se edificaron en la Hacienda "La Coqueta", jamás se imaginaron que su propietario tuviera ligado al narcotráfico.
Casi a la entrada de "La Coqueta", hay una curiosa casita hecha de fina madera importada, que fue construída por un canadiense, la cual era habitada por familias que eventualmente pasaban corta estadía.
Como a unos 500 metros de la carretera, está la lujosa casa de Rayo Montaño, que posee 4 habitaciones amplias con una acogedora sala, tan grande (como el tamaño de una casa), como la comparó un humilde morador del sector.
Dos suntuosos establos, que contrastan con la humildad de la gente de Las Uvas de San Carlos, era el hogar de los finos caballos del poderoso narcotraficante colombiano, Rayo Montaño.
Para la gente del pueblo, era común ver bien temprano en las mañanas a dos colombianos entre ellos el propio, "Gonzalo", chalaneando (adiestrando) a los imponentes caballos.
Se calcula que dentro de los establos habían 10 caballos e igual número de vacas, que fueron transportadas antes que las autoridades policiales efectuaran el allanamiento a la propiedad de Rayo.
En la majestuosa finca, solo se observa una vaca solitaria y por lo menos 4 perros finos, que aunque hambrientos, siguen custodiando la casa de su amo.
HABLAN BIEN DE RAYO Y SU FAMILIA
"Eran muy buenas gentes, con nadie tenían problemas, se llevaban bien con todos; para Navidad regalaban juguetes y hasta iban a hacer un salón a la escuela de Las Uvas", comentó una moradora de Las Uvas de San Carlos.