El Vaticano dio la alarma sobre "la industria del sexo" que se ha montado alrededor del campeonato y afirmó que habría que enseñar "tarjeta roja" a esa industria, "a los clientes y a las autoridades que organizan el evento".
La alarma la dio el arzobispo Agostino Marchetto, secretario del Consejo Pontificio para los Emigrantes e Itinerantes, quien en declaraciones a Radio Vaticano recogidas ayer por el diario de la Conferencia Episcopal Italiana "Avvenire", denunció que la prostitución viola la dignidad de la persona, rebajándola a "objeto e instrumento de placer sexual".
"Las mujeres se convierten en mercancía para comprar, cuyo coste es, además, inferior al de una entrada para un partido de fútbol", subrayó el arzobispo.