Hoy se cumplen 18 años de la creación de la multigremial organización Cruzada Civilista Nacional. El aniversario coincide con una nación convulsionada y con el surgimiento de otra movilización de gremios, que buscan derogar las recién aprobadas reformas a la CSS.
En 1987, surgió la Cruzada Civilista tras las revelaciones del entonces jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa, Roberto Díaz Herrera, quien vinculó a la cúpula castrense con todo tipo de actos de corrupción, asesinatos y otros delitos.
Bajo el liderazgo de la Cámara de Comercio, se conformó la Cruzada Civilista que reclamó la renuncia del mando militar.
Ahora, en democracia, hay un movimiento multigremial que se agita en casi todas las provincias para reclamar la derogatoria de las reformas que aumentan la edad de jubilación.
Las huelgas, marchas, pailas, vigilia y piedras son la tónica de hoy día. La diferencia es que no se lucha contra una dictadura, sino contra una ley.
La nación se encuentra sumergida en enfrentamientos callejeros entre obreros y antimotines. A pesar de los llamados a diálogo realizado por diversos sectores, ninguna de las partes cede y se persiste en medir fuerzas. Hay un desgaste de obreros, médicos y docentes en huelga, así como del gobierno.
Lo más sensato es una manifestación auténtica de resolver la crisis. El bla-bla-bla sin contenido y sin aportes que se escucha en los medios de los representantes de lado y lado no contribuye en nada a resolver la crisis. Se impone con un amigable componedor surja y pueda sentar de una vez por todas a las partes, sin olvidar que buscar una solución a la crisis financiera del Seguro Social es impostergable, porque para mañana sería demasiado tarde.