La amenaza se hizo realidad. El norteamericano Dwight Phillips hizo el salto de su vida ayer en el "Prefontaine Classic", en Oregon, Estados Unidos, y le propinó ayer, al panameño Irving Saladino su cuarto revés desde el 2006.
El actual campeón mundial y olímpico de la modalidad lució bien al concretar saltos de 8,55 y 8,63, en sus tercer y cuartos intentos, respectivamente, pero un Phillips inspirado, "cruel" y consistente apagó todo vestigio de sublevación al ejecutar brincos (¡ojo!) de 8,43, 8,64 y 8,74, este último el quinto mejor "perfomance" de la historia.
Saladino intentó superar el 8,74 del ex monarca olímpico en sus dos últimas oportunidades, pero sus brincos fueron nulos.
Phillips, que está mostrando un rendimiento bárbaro a sus 31 años, confirmó así la sospecha esbozada en nuestras páginas: viene a exigir a nuestro orgullo nacional y dispuesto a arrebatarle su condición de campeón mundial en agosto próximo, en Berlín.
La prueba de ayer se redujo a un duelo entre el rey vigente, Saladino, y el destronado, Phillips, oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y en los mundiales de París (2003) y Helsinki (2005).
¿Y los demás rivales? No existieron. El australiano Fabrice Lapierre acabó tercero, pero muy lejos de los "titanes" del salto largo al firmar un humilde 8,02.
Ya el 1 de junio, en Holanda, el "jumper" norteamericano había dado la señal de advertencia al ubicarse segundo con 8,54, sólo a dos centímetros del "Canguro" de Colón, que ayer, con el 8,63, fijó su segundo mejor registro personal; el primero es de 8,73.
TRES AÑOS DE OSCURIDAD
Phillips no hacia saltos importantes desde el 2005, cuando, con un 8,60, revalidó su dominio universal en Helsinki. Entre el 2006 y 2008, su rendimiento mermó, lo daban por acabado, pero su resurrección, está comprobada, es un hecho.
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