PANAMEÑOS ESPERAN EL 31 DE DICIEMBRE
Inicia cuenta regresiva para reversión
del Canal
Jean Marcel Chéry
Crítica en Línea
"!El Canal es nuestro,
carajo!", gritó el ministro de Trabajo, Reynaldo Rivera, al
tiempo que agitaba sus brazos, saltaba encima de una silla y continuaba
voceando consignas nacionalistas. Mientras, el canciller Jorge Ritter lloraba
y aseguraba a los periodistas que sus lágrimas no le permitían
dar declaraciones sobre temas de actualidad.
La emoción no sólo embargó a los altos funcionarios,
sino también a los otros miles de panameños que se concentraron
anoche en las escalinatas del edificio de la Administración del Canal
y las áreas verdes contiguas.
Aunque el pianista argentino Raúl Di Blasio, la Orquesta Sinfónica
Nacional, las agrupaciones musicales locales y los grupos de danzas folclóricas
nacionales dieron el espectáculo, el motivo de la conmoción
general fue otro. Ese sentimiento colectivo fue provocado por un aparato
inerte, pero de significancia única y de suma relevancia.
Se trataba de un reloj de 16 pies de ancho por 16 pies de largo y que,
desde ayer, marca la cuenta atrás de la transferencia del Canal por
parte de Estados Unidos a Panamá. El tablero electrónico,
ubicado frente al edificio de la Administración del Canal, culminará
su conteo regresivo al mediodía del 31 de diciembre de 1999.
Media hora antes de activado el reloj, una grúa que sostenía
una filmadora de la televisora local que tenía los derechos exclusivos
de la transmisión, sufrió un desperfecto y se precipitó
hacia el público, causándole leves contusiones en la cabeza
a la doctora Elsa de Araujo, de 48 años, y en el brazo izquierdo
al joven Jimy Leventis, de 17. Ambos se repusieron y continuaron disfrutando
de la singular ceremonia.
La Autoridad del Canal comisionó al directivo de esta entidad,
Raúl Montenegro para activar el reloj, confeccionado por una empresa
panameña, a las 19:30 horas locales (00:30 GMT).
Aunque se había programado que la cuenta regresiva sería
a partir de las últimas 5 mil horas, la pertinaz lluvia justificó,
esta vez, la recurrente tardanza panameña. Cuando Montenegro presionó
el botón, el reloj indicaba que faltaban 4,984 horas, 25 minutos
y 32 segundos para la transferencia del Canal.
Pero el retraso no impidió que todos los presentes disfrutaran
del acto hasta bien avanzada la noche. La exaltación se desbordó
cuando fuegos artificiales multicolores iluminaron a lo alto del edificio
de la Administración del Canal y del Cerro Ancón.
Aunque Ritter no es uno de los funcionarios más populares del
gobierno, fue ovacionado cuando concluyó su breve discurso. "No
hay relojes que midan la perpetuidad ni la eternidad", dijo el canciller,
también presidente de la Junta Directiva de la Autoridad del Canal
de Panamá y Ministro para Asuntos del Canal.
Este reloj no hubiera podido funcionar antes de la firma de los Tratados
Torrijos-Carter, en septiembre de 1977, porque Estados Unidos tenía
lo derechos a perpetuidad sobre la vía, recordó el ministro.
Más de 7 mil personas cantaron al unísono el Himno Nacional
y aplaudieron de pie cuando Ritter terminó sus palabras, indicando
que el 31 de diciembre de 1999 el Canal "será de Panamá
y una sola bandera ondeará en todo el territorio panameño".
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