NUEVOS VIENTOS SOPLARÁN DESDE LOS ESTADOS UNIDOS
Panamá está dentro de la agenda secreta de EE.UU. para Colombia

Tomado de El Espectador
Critica en Línea

Hace un mes las opiniones sobre Colombia y el modo en que el presidente Andrés Pastrana Arango adelantaba el proceso de paz con las Farc y el Eln estaban "divididas" en el Departamento de Estado, entre representantes republicanos, en la oficina que dirige el zar antidrogas Barry McCaffrey y en la propia Casa Blanca.

Sin embargo, se prevé una variación en el apoyo hacia Pastrana y su opción "lenta y generosa" de negociar con los rebeldes. Esta es la conclusión de unas reuniones secretas que se han realizado en los últimos días y en las que participan representantes de las organizaciones mencionadas, según estableció El Espectador.

Pero más allá de lanzar al aire opiniones independientes sobre el proceso de paz en Colombia, este diario conoció que en dichas conversaciones se ha insistido en un camino de "presión" multilateral, que tendría como punto de partida proyectos militares y políticos que ya operan de manera permanente en la región y, en particular, en las fronteras con Colombia.

Según una fuente del Departamento de Estado, las nuevas bases antinarcóticos localizadas en Ecuador y en Aruba y Curazao, y la que se está buscando -que probablemente se establecería en Perú o en Costa Rica-, serán puntos estratégicos para vigilar muy de cerca los pasos de la guerrilla y sus continuas incursiones hacia Venezuela, Panamá, Brasil, Perú y Ecuador.

A continuación presentamos los once puntos básicos que hoy se discuten en Washington:

1- Redoblar los patrullajes en los sitios (fuera de Colombia) donde las Farc ha dado muestras de querer entrar, con compañías de soldados que pudieran repeler ataques hasta de frentes insurgentes de 800 hombres.

2- Con el fin de evitar inconvenientes de tipo político, E.U. se pondría en la tarea de recibir el apoyo "incondicional" de los países que se han visto afectados y que en el pasado fueron víctimas de incursiones guerrilleras como es el caso de Panamá, Brasil y Ecuador, entre otros.

3- Con el fin de no desviar las misiones que en principio se concentrarían en labores antinarcóticos y con el propósito de evitar polémicas internacionales y en el propio Congreso, los trabajos de inteligencia y militar contra las Farc y el Eln, principalmente, se enmarcarían en su status de "narco-guerrilleros" ¿Cuál sería el argumento para defender esta tesis? El argumento del gobierno estadounidense sería que esos grupos son responsables del cuidado de más de 40.000 hectáreas de cultivos de hoja de coca y amapola.

4- Triplicar, si es necesario, la presión política internacional con mecanismos tales como pedidos de extradición y pronunciamientos que demuestren que el problema de Colombia no es sólo de Colombia. En ese sentido, se trataría de insistir para que el propio presidente Bill Clinton enfatice en "su actual preocupación por Colombia" a un alto nivel internacional.

5- Apoyar los grupos políticos y económicos -colombianos e internacionales- que de alguna u otra manera se han formado alrededor de la nueva situación de Colombia, con el fin de incrementar los esfuerzos y actuar lo más pronto posible en una solución que incluya la mediación de todos los países de la región.

6- Dejar en claro, por ahora, que E.U. no ha contemplado una incursión militar en Colombia ni contra su guerrilla. Uno de los motivos es, precisamente, que logísticamente aún no existe la preparación para librar una guerra que "técnicamente" tendría muchos inconvenientes, tales como el beneplácito del gobierno central y del pueblo colombiano.

7- Lo anterior, sin embargo, trae como consecuencia inmediata una mayor participación del Ejército colombiano. En ese punto y aunque el retiro del ministro Lloreda fue catalogado en la reunión como un paso en "falso" del gobierno Pastrana, se dejó en claro que la voluntad militar de combatir la guerrilla por parte de las fuerzas y soldados es valiosa. Aun así, se planteó la necesidad de utilizar todos los caminos a la mano (políticos, conexiones internacionales) para darle el apoyo local que requiere el Ejército de Colombia. Con ese fin se estudia la posibilidad de pelear en el Congreso para que se doble la partida actual-de US$250 millones anuales- y que se destine exclusivamente al fortalecimiento de las Fuerzas Armadas.

8- Otro de los caminos de presión que E.U. utilizaría tendría que ver con los secuestros o asesinatos de ciudadanos norteamericanos. Y si bien en estas reuniones se le reconoció al gobierno de Pastrana "alguna voluntad" para resolver casos como el de los indigenistas muertos a sangre fría, la conclusión final es que su administración ha sido "frágil" para dar resultados concretos.

9- Se "insistió" en alternativas como métodos de presión, los asuntos de interés nacional y que

por parte del Gobierno colombiano deben tener respuestas que respondan los interrogantes de E.U., algo que hasta el momento no ha sucedido.

10- Otra de las conclusiones fue la falta de claridad en el Gobierno colombiano para adelantar el proceso de Paz. Por tal razón, para los próximos días se estaría gestionando un pronunciamiento oficial con respecto a la deficiencias e inconvenientes que han arrojado las conversaciones con las Farc y el Eln.

11-Con base en lo anterior, se acudiría al presidente peruano Alberto Fujimori para que asuma el liderazgo de la región y encabece una fuerza multilateral de carácter político que tenga como fin "supervisar" más de cerca los avances o retrocesos en la situación del orden público de Colombia.

12- Por último, se dejaría de "alabar" cada movimiento del presidente Andrés Pastrana. A su cambio y sin entrometerse directamente en la política interior, se tomaría una posición más estricta y acorde con los resultados y real voluntad que muestre la guerrilla para el diálogo. Se optaría por fechas y proyectos exactos, que pongan fin a la zona de despeje, "en la que hasta el momento sólo se ha logrado que la guerrilla mantenga el control de un sector de donde se exporta gran parte de la droga que sale hacia E.U.".

 

 

 

 

 

 



 

Apoyar los grupos políticos y económicos -colombianos e internacionales- que de alguna u otra manera se han formado alrededor de la nueva situación de Colombia, con el fin de incrementar los esfuerzos y actuar lo más pronto posible en una solución que incluya la mediación de todos los países de la región.

 

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