¿Héctor
Gallego dónde estás?

Maritza Reyes
Crítica en Línea
Hace casi 10
meses la comunidad fue alertada sobre la existencia de restos
humanos en el antiguo cuartel de Los Pumas, en Tocumen, que según
un testigo clave, correspondían a los del sacerdote colombiano
Héctor Gallego.
Los restos de un hombre que se creía era Gallego fueron
exhumados el 22 de septiembre La esperanza se esfumó cuando
la prueba de ADN efectuada por los laboratorios Fire Fax de Virginia,
no fue compatible con la del cura. El ánimo volvió
a resurgir, pero momentáneamente, porque otro testigo
que diseñó un mapa indicando la ubicación
de nuevas fosas clandestinas en el mismo lugar, se ha resistido
a cooperar.
El sacerdote Conrado Sanjur dijo que el arzobispo José
Dimas Cedeño, no ha vuelto a tener contacto con el primer
testigo, mientras que con el segundo ha sido infructuoso.
Sanjur, quien preside la Coordinadora Popular de los Derechos
Humanos de Panamá (COOPODEHUPA), manifestó que
la Iglesia está agotando todo intento por convencer al
Ministerio Público para que reanude las excavaciones en
Tocumen, pero existe mucha "pasividad, indiferencia e inactividad"
por parte de esa instancia, que aunque dice que está dispuesta,
la práctica demuestra lo contrario.
El padre Sanjur cuestionó que uno de los cuatro nombres
de los nuevos corregimientos de San Miguelito, sea precisamente
el de Omar Torrijos "un nombre que qué puede inspirar"
cuando se sabe que el crimen de Gallegos, se cometió durante
su régimen.
Héctor Gallego desapareció el 9 de junio de
1971. Dentro de seis días se cumplen 29 años, de
su arresto en Santa Fe de Veraguas, por tres agentes de la Guardia
Nacional, quienes se lo llevaron por siempre.
La desaparición no ha desesperanzado a las hermanas
de Gallego, Nubia y Edilma, en encontrar sus restos. La segunda,
después de culminadas las investigaciones en Panamá,
decidió convivir con los campesinos veragüenses tierra
adentro, donde trabaja actualmente en una de las cooperativas
que fundó su hermano.
Lo anterior lo corroboró Nubia vía telefónica
desde Colombia, quien en todo momento se negó a dar información
sobre el paradero exacto de su hermana "lo único
que sé es que está en Panamá, en Veraguas,
no me preguntes dónde... Con ella converso cuando se digna
en llamarme; ella sabrá lo que hace", dijo con voz
queda.
Nubia, un tanto parca, recordó que su hermana, le comentó
que salió confundida de la entrevista que sostuvo en septiembre
de 1999 con los ex militares Nivaldo Madriñán y
Melbourne Walker, dos de los tres condenados a 15 años
por la desaparición del sacerdote.
"Tanto ella como yo, no sabemos si fueron los autores
materiales del crimen de nuestro hermano, pero estamos seguras
que son culpables al no querer decir la verdad... La condena
de 15 años no es satisfactoria a la familia Gallego. Si
ellos no ejecutaron la acción, por qué insisten
en mantener la boca callada; ¿a quiénes encubren?"
sentenció.
"Nos hemos resignado a la pérdida de nuestro hermano,
pero no a conocer la verdad... Necesitamos saber dónde
están sus restos".
Crítica trató de entrevistarse con Madriñán
y Walker, en la cárcel El Renacer, pero ambos, según
una nota del jefe de ese penal, Marcos González, alegaron
que no deseaban rendir declaraciones.
En tanto, el cura jesuita Fernando Guardia, quien recibió
mucho antes de la declaración del primer testigo, una
carta de Melbourne Walker, donde éste relata que en una
ocasión el general Manuel Antonio Noriega le manifestó
que "el Estado Mayor había decidido capturar y deportar
a Gallego por comunista y haberse metido con la familia Torrijos",
dijo que esta declaración es suficiente para enjuiciar
a todo el Estado Mayor de la Guardia Nacional.
Con su accionar Héctor despertó la conciencia
del campesinado y le devolvió su dignidad, sostiene Guardia.
El sabía perfectamente que se estaba metiendo en terreno
de gente poderosa y tenía conciencia de ello; de allí
la frase: "si desaparezco no me busquen, continúen
con el trabajo," añadió.
El rector de la USMA, Stanley Muschett, quien conoció
a Gallego en 1968, cuando era seminarista en los estudios de
teología, describió al sacerdote como una persona
sencilla, celosa de su ministerio y de mente muy amplia por lo
que sería injusto señalarlo de comunista o guerrillero.
"Yo creo que el padre Héctor jamás tomaría
las armas, porque lo que hizo para defender a los campesinos,
lo hizo con la mejor arma: "la palabra de Dios". Cualquiera
otra cosa es especular y poner sobre el padre Héctor categorías
propias de los años 60, cuando fueron muchos los movimientos
de guerrilla en contra del sistema", concluyó.
LA LUCHA DE COFADEPA
Desde el instante en que Panamá firmó y ratificó
la Convención Interamericana sobre Desaparición
Forzada de Personas, el 28 de febrero de 1996 y al incorporarla
a su cuerpo de leyes, está obligada o atada a las demandas
y obligaciones que la convención establece, subrayó
el Dr. Morris Tidball Binz, director de la Oficina para América
Latina de Reforma Penal Internacional.
Morris un especialista en medicatura forense y antropología,
subrayó durante una exposición organizada por el
Comité de Familiares de Desaparecidos de Panamá
( COFADEPA), que la desaparición forzada de personas carcome
el tejido de un país y alimenta la repetición de
tales violaciones, por lo que la impunidad sobre cientos de casos
debidamente denunciados y documentados, deben ser objetos de
investigación inmediata por las autoridades judiciales,
de lo contrario se convierten éstos en cómplices
del delito.
Agregó que el Estado está obligado a investigar
donde haya sospecha fundada del cuerpo de un delito; si no es
así, se incumple con la función pública,
que podría ser objeto de denuncia.
En este punto advirtió que en Panamá hay casos
que están "maduros" y perfectamente preparados
para ser presentados ante la Comisión Internacional de
Derechos Humanos, y cabría fácilmente una demanda
contra el gobierno panameño.
Esto lo hizo saber ante la lucha de COFADEPA de lograr que
el procurador José Antonio Sossa, reanude las excavaciones
en el antiguo cuartel de Los Pumas, donde se encontraron dos
osamentas aún no identificadas.
En tanto que Edwin Wald, presidente del Comité, señaló
durante la conferencia, que reunió a familiares de varios
desaparecidos, que el Comité solicitará al Gobierno
realizar la prueba de ADN a los familiares de más de 150
personas asesinadas durante la dictadura militar, para crear
un banco de datos que serviría para identificar a los
desaparecidos en el momento que se den los hallazgos cadavéricos.
Wald criticó que la Fiscalía Especial creada
para investigar las denuncias de personas desaparecidas en manos
de la dictadura se haya estancado en los casos de Hugo Spadafora,
Jorge Camacho y Héctor Gallego, cuando hay tanta gente
desesperada por saber dónde están los restos de
sus familiares.
COFADEPA acusó a Sossa de incubrir los crímenes
de la dictadura, al negarse autorizar las excavaciones utilizando
como excusa la falta de recursos y la estación lluviosa
que dificultaría realizar los trabajos de inspección
y reconocimiento.
De acuerdo al comité, el Procurador les manifestó
en una ocasión que la instancia que dirige "no puede
andar haciendo hoyos por todo el país para buscar desaparecidos".
COFADEPA advirtió que tan pronto cuente con una retroexcavadora,
una cuadrilla de paleros y la asistencia de un antropólogo,
que podría ser argentino, iniciará sin el visto
bueno de la Procuraduría las excavaciones en Tocumen y
otras áreas donde se sospecha hay fosas clandestinas.
Este mismo comité se mantendrá en vigilia el
7 de junio en los predios de la Procuraduría, como medida
de protesta al no lograr la aprobación de esta instancia,
para reiniciar las labores de excavación en Tocumen.
Mientras que los campesinos veragüenses lo harán
en Santa Fe el 9 de junio en recordación a la desaparición
del padre Gallego, adelantó el padre Sanjur, quien reiteró
que las investigaciones se tienen que agotar para saber la verdad,
"no podemos tener en el vacío un espacio negro, donde
no se sabe nada, hay que saber la verdad de los desaparecido
para que tengamos conciencia histórica".
VERSIONES EN TORNO A LOS RESTOS DE GALLEGO
En las sumarias del caso aparecen diversas diversiones sobre
el destino de los restos del sacerdote nacido en Medellín.
- Una versión que señala que hay indicios de
que enterraron al sacerdote en la finca de Saúl Ruiz,
cerca de la salida de San Francisco en la dirección de
Santa Fe, allí donde hay muchos árboles. Nunca
se supo si en la hacienda Ruiz se han realizado excavaciones
para confirmar esta versión.
- El abogado Alex González Franco declaró a la
Fiscalía Superior Especial que existía la posibilidad
de que Gallego estuviera sepultado en los predios del aeropuerto
Enrique Malek, en David, Chiriquí. El 31 de agosto de
1992 se realizó una diligencia en el lugar encontrándose
únicamente unas losas.
- Surge de esta versión las declaraciones de Edilberto
de la Cruz Vásquez, quien subrayó que entre 1968
y 1972 la Guardia Nacional se tomó el Enrique Malek, impidiéndole
el paso a los ciudadanos. Mencionó la existencia de unas
supuestas fosas al final de la pista de aterrizaje, y de quejidos
que provenían del lugar.
- El piloto David Cedeño Wong dijo haber escuchado una
entrevista en la Voz de América, donde los ex oficiales
de la Fuerza Aérea Panameña (FAP), Augusto Villalaz
y Ramón Anel Adames, aseguraban que el religioso colombiano
fue lanzado desde un helicóptero donde viaja el entonces
coronel Manuel Antonio Noriega.
- El periodista estadounidense Seymour Hersh, en mayo de 1988
publicó en The New York Times y en marzo de 1990 en la
revista Life, escritos en los que aseguró que al cura
Gallego se le lanzó vivo al mar desde un helicóptero.
Un oficial que participó en el operativo confió
esta información a la inteligencia norteamericana.
- Además se cuenta con un relato donde se manifiesta
que Gallego fue arrojado muerto al río San Pablo. Un militar
lo golpeó con un tolete y al ver que éste ya no
reaccionaba le amarraron una piedra a su cuello con un alambre
y lo tiraron al río.
- Otra versión aportada por el investigador Irving Bennett,
sugiere que el cadáver de Gallego fue enterrado en los
predios de la Escuela de Divisa.
- Alexis Watson Castillo aseguró que el cadáver
fue enterrado en la carretera de Cañazas.
- Otra versión es la del encausado Melbourne Walker,
quien alega que miembros de la compañía "Macho
de Monte" fueron responsables de la captura de Héctor
Gallego. Estos lo llevaron a la base de Río Hato, luego
a una casa en Bella Vista, cerca de la escuela María Inmaculada,
y posteriormente lo trasladaron al cuartel de Tocumen.
LA ULTIMA ENTREVISTA DE GALLEGO
Cinco días antes de la desaparición del sacerdote
Héctor Gallego, el padre Julián Lecuona lo entrevistó
en Radio Hogar. El cura colombiano adelantó los planes
que tenía para extender el movimiento de organización
de los campesinos a todo el país, y reveló que
había mantenido contactos con estudiantes universitarios.
La entrevista se efectuó el 4 de junio de 1971. Quizás
la capacidad organizativa de Gallego puso nervioso a los encargados
de la seguridad del Estado. El 9 de junio desapareció
para siempre.
En la entrevista Gallego afirmó que estaba tratando
de unir su movimiento cooperativista campesino con otros movimientos
en Veraguas y de todo el país, entre los que mencionó
a estudiantes de la Universidad de Panamá y a sectores
obreros.
Gallego se manifestaba orgulloso que el logro más importante
de su labor en las montañas de Santa Fe fue romper con
la dominación de los terratenientes sobre los campesinos.
Al ser preguntado por el padre Lecuona, ¿Cómo
te imaginas a Santa Fe de Veraguas cuando termine el proyecto
cooperativo?, Gallego respondió: "los objetivos de
crear una sociedad nueva, una comunidad nueva, quedarían
debilitados si es solamente un intento de un movimiento, si queda
reducido a un distrito".
Detalló que las metas del proyecto, eran ambiciosas:
"los campesinos podrían recuperar algunas tierras,
recuperar el control del comercio, podrían aumentar la
producción, pero tal vez el sentido de movimiento, de
conciencia, de sentido de valores humanos, pero reconocía
que sería difícil sostenerlo, lograr cambiar de
una política capitalista individual a un sistema integral
comunitario, en donde todos fueran parte del progreso".
"Un movimiento aislado no puede ir a ningún lado,
cuando hablamos de cambios nos referimos a todo sistema, abarca
al mundo de hoy, no solamente a Panamá, es un movimiento
que esta enfrentándose hacia algo imposible, hacia algo
demasiado grande para un movimiento local, sostenía Héctor.
Lecuona preguntó, ¿Héctor aunque yo considero
que usted es más panameño que nadie, sin embargo,
es de ascendencia colombiana, ha tenido usted algún problema
especial con la comunidad?
Gallego respondió: Realmente por ser colombiano no
he tenido ninguna dificultad, la comunidad me ha respetado, pero
algunos elementos de la comunidad están molestos, porque
el movimiento ha ido en contra de sus intereses. Dijo que al
principio del proyecto los patrones trataron de desmoralizar
a los campesinos y decían que se trataba de un movimiento
comunista o de otra religión.
"La autoridad, el mismo gobierno comenzó a presionar
para que las cooperativas fueran una institución del gobierno
para explotarlas políticamente, y presionaron, pero esto
no detuvo el movimiento", resaltó.
Agregó que producto de ello se dieron varias hechos
de violencia, una de ellas, el 23 de mayo cuando le quemaron
el rancho donde vivía. En 1970, en ocasión de la
fiesta de San Pedro, un grupo de detractores rompió la
casa en donde estaba la imagen del Santo, "como una acción
de protesta y rabia contra el movimiento, uno de los señores
que gozada más de la política allí, le dio
de garrotazos a monseñor Vázquez".
Nunca mostró temor; durante la entrevista fue directo
y certero, cuando decía que cuando "hay rechazo al
cambio desde el punto de vista religioso y social, entonces pasa
lo que ocurre en todas partes, no sólo aquí en
América Latina sino en todas partes, que cuando sale una
idea nueva es comunismo, cuando hay un cambio en la iglesia entonces
son cuadrados o son protestantes o no sé que cosa",
dijo el sacerdote.
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