EDITORIAL
Remate revertido
Cuando se preparaba la reversión de los terrenos que por años constituyeron la antigua Zona del Canal se le asignaban valores multimillonarios a esas instalaciones, que por más de ocho décadas utilizaron los estadounidenses.
Sin embargo, la realidad es otra. La venta de los activos no han representado ingresos superiores a los 400 millones de balboas al Estado, tal como revelan las propias memorias de la Autoridad de la Región Interoceánica (ARI).
Existían hospitales como el Gorgas, que no fueron aprovechados en su totalidad y el de Clayton, que fue asignado a la Caja del Seguro Social, que optó por comprar hospitales privados, en vez de aprovechar las instalaciones existentes.
El hospital de Clayton, ahora fue alquilado por el Seguro Social a una empresa que a su vez lo arrendó al Consulado de Estados Unidos. A pocos meses de culminar la gestión de la ARI se estima que la mitad de los bienes revertidos no han sido incorporados al desarrollo nacional. En Clayton y Coco Solo, se observa el avanzado deterioro de los inmuebles.
Esa situación ha provocado que en algunos casos se otorguen concesiones a precios ridículos, que contrastan con los vigentes en otras áreas de la ciudad capital, dando la apariencia de existir una carrera por vender a precio de baratillo.
A contrapelo, existe cierta parálisis en el desarrollo de las instalaciones de Howard, que era la base más preciada del Comando Sur. En torno a Howard, se han hecho estudios y estudios, pero ninguno de los proyectos aterriza.
Quizás de todos los proyectos, el que mejor resultado ha generado para el país es el de Amador, que ha aprovechado su potencial turístico y hoy es un sitio obligado de visita tanto para nacionales como extranjeros. Frente a las dificultades económicas que enfrenta Panamá se hace necesario enfocar el desarrollo de las áreas revertidas en proyectos que generen empleos, que es el principal problema de la nación.
Sin embargo, hay que tener cuidado de no rematar bienes del Estado a precios de ganga, porque éstos forman de un patrimonio logrado por la lucha de generaciones de panameños y deben convertirse en un foco de generación de ingresos, que luego se distribuyan en obras que beneficien al pueblo.
PUNTO CRITICO |
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