Gracias al cine y la televisión, siempre nos hemos imaginado a la figura del detective privado, como la de una persona de origen oscuro, maltratado y acostumbrado a toda clase de artimañas y peligros para poder sobrevivir. Pero lo que ocurre es que existen en realidad muy pocas profesiones rodeadas de tantos mitos y misterios a través de la historia.
Desde el legendario Sherlock Holmes, quizás el patriarca de los detectives, pasando por Colombo, Bareta, Kojak y por qué no Los Angeles de Charlie, nos han dejado una estela de emociones, intrigas y misterios, pero que en la vida real, las cosas son muy diferentes.
Aquellas son imágenes que los auténticos profesionales de la investigación se esfuerzan por destruir a base de un trabajo serio y meticuloso, fuera de la ficción del cine y la imaginación de algunos escritores, por lo que ya se están viendo sus primeros frutos en el campo laboral.
Hablar de la investigación privada en Panamá, sugiere inmediatamente la trama de una serie televisiva o de una novela de intriga. El obtener pruebas sobre una infidelidad conyugal, la investigación de fraudes mercantiles o de recabar información para comprobar la veracidad de un ausentismo laboral, son quizás algunos de los casos más frecuentes a los que se enfrentan periódicamente los pocos y auténticos detectives que hay en el territorio nacional; nótese que he hecho énfasis en los pocos y auténticos detectives, ya que ésta, es una profesión que requiere de conocimientos técnicos y científicos, que difícilmente se pueden obtener por correspondencia o viendo programas de televisión como piensan algunos o quizás la mayoría de los seudodetectives que operan en Panamá, tampoco se puede lograr la casuística y la experiencia del trabajo detectivesco, a través del correo electrónico, revistas o pasquines, sino en el ejercicio de la función en sí, que en la mayoría de los casos se logra con años de servicio dentro de las instituciones investigativas policiales del extranjero o del Estado panameño (PTJ, DIIP).
Son cuatro años de estudios o tres como mínimo los que se requieren para la formación de un Oficial de Investigaciones y en ese período se le instruye en materias como: Derecho Penal, Derecho Constitucional, Derecho Civil, Medicina Legal, Criminalística, Criminología, Psicología, Psicología Criminal, Estadística, Seguridad del Estado, Instrucción Militar y un sinnúmero de pruebas físicas, pasando por una práctica paralela dentro de las dependencias policiales del país donde se está estudiando la carrera. |