El malestar el carraspeo de garganta propio de la afonía, puede aliviarse con un machacado de cebolla y limón, de fácil preparación y rápida administración.
Toma una cebolla morada no muy grande, y un limón.
Corta la cebolla en pequeños trozos, y mézclala con el jugo de limón en un recipiente. Añadir agua hasta cubrir la cebolla.
Déjalo toda la noche. Cuélalo y vierte el líquido en un vaso. Tómalo con un carrizo.
Muy despacio para permitir que la acción antiinflamatoria y antibiótica de esta mezcla produzca el efecto deseado.
ADIOS A LA DIARREA
La diarrea es una evacuación intestinal frecuente, líquida y abundante. El problema principal es la pérdida de líquidos y, con ello, de sales minerales. Tomando una infusión de hinojo, eneldo y anís, hasta la madre que esté dando el pecho a su hijo podrá prevenir los cólicos del lactante, puesto que éste se beneficiará de las cualidades de las hierbas a través de la leche materna.
2 pizcas de hinojo, 2 pizcas de eneldo, 2 pizcas de anís y un litro de agua. Hierve todos los ingredientes durante diez minutos. Posteriormente, deja reposar otros diez minutos y cuela la infusión. Tómatela después de las comidas (tres veces al día) hasta que cesen los cólicos y / o diarrea.
CISTITIS
La cistitis es una inflamación de las vías urinarias y, por razones anatómicas, es mucho más común entre las mujeres. Si la padece o se tiene una cierta propensión a padecerla es muy recomendable tomar caldo de cebolla, por sus cualidades como diurético.
Prepararlo, parte un cebolla en cuatro trozos y cocínala dentro de una olla de acero inoxidable y un litro de agua, hasta que se reduzca a la mitad. Luego retíralo del fuego, déjalo reposar por ocho horas y cuélalo.
Tómalo frío y en ayunas. Las cebollas sobrante se pueden ingerir en ensalada.
PICADURA DE ABEJA
La picadura de abeja produce un dolor agudo difícil de calmar. Si, además, la víctima es alérgica al veneno que inyecta el aguijón hay que actuar con rapidez.
En primer lugar, hay que extraer el veneno presionando hacia fuera y estirando la piel. Una vez extraído se debe limpiar la herida con abundante agua fría.
Seguidamente se hace una mezcla con pan, leche y miel que se aplica sobre la picadura aplastándola con un tenedor.
Gracias a esta mezcla sencilla y natural se evita la inflamación y se calma el dolor.