Para la secretaria ejecutiva de la Coordinadora Nacional de las Organizaciones Negras Panameñas, su familia es precisamente una mezcla de etnias y culturas; es el reflejo de Panamá.
"Mi madre Diamantina Arauz tiene origen indígena y mi padre Benigno Meneses es oriundo de Cuango, Colón (un lugar en donde predomina la raza negra).
Aunque Eunice es hermana de madre de la actual ministra de Vivienda, Balbina Herrera, asegura que en su hogar nunca se manejó el término "medio hermano", simplemente somos hermanos y los seis somos muy unidos.
Esa misma unión familiar ha sido una de las claves del éxito en la vida de esta comunicadora social, quien junto a Claral Richards y otros miembros de la comunidad negra consiguieron que el Gobierno Nacional mediante la Ley Nº 9 del 30 de mayo de 2000, estableciera el Día de la Etnia Negra Nacional.
Eunice Briseida recuerda que empezó a investigar sobre su identidad cuando el padre Efraín De León, llegó un buen día al periódico Panorama Católico, en donde ella es jefa de redacción, con una invitación para un encuentro de pastoral afroamericana en Panamá.
DEFENSORA DE SUS RAICES
Amante del trabajo comunitario, Eunice comenta que su principal objetivo en la vida es ayudar a que las personas descubran su potencial.
Lograr la inclusión de la historia y cultura de los afropanameños dentro de los planes de estudios de las escuelas primarias y secundarias, es otro de sus grandes proyectos.
Para Eunice, quien es egresada del Instituto Nacional, su madre ha sido un pilar fundamental en su vida. "Ellas nos enseñó a compartir; en su casa siempre hubo comida para el que llegaba y cama para el que necesitaba.
Mi infancia transcurrió entre varios barrios de la ciudad (El Chorrillo, El Marañón, Curundú y San Pedro) y cada una de esas vivencias es lo que me ha permitido mantener la sensibilidad hacia las personas, comenta con una sonrisa y un brillo en sus ojos que demuestran el gran orgullo por sus raíces.
Una gran lección que ha aprendido de la vida es que el que recibe amor, cosecha amor. Los niños que son amados lo reflejan en la vida. Una sonrisa, un beso, un abrazo no cuesta nada; pero da mucho, asegura esta defensora de los derechos de la etnia negra.
RETOS Y PASATIEMPOS
El mayor reto de su vida es cumplir con la educación de sus hijos: Aníbal y Yanisbeth, ellos son la bendición más grande que Dios le ha podido dar.
Esta polifacética mujer pertenece al grupo Raíces Darienitas, para ella el ritmo del tambor es la expresión misma con la cual se identifica. "El tambor tiene un significado muy espiritual para las religiones africanas de las cuales algo tenemos los panameños, es por eso que tan sólo escuchar el tamborito, nos sale lo negro que llevamos dentro.