REFLECTOR
Amor timido

El Vidajena

Tu amor es algo tímido, era la melodía que se escuchaba en la radio, mientras Juana se volvía a arropar en esa tarde lluviosa, no podía dejar de pensar que tenía que ir a trabajar, ¡uhh! qué pereza, pero ni modo. Juana, una verdadera potra salvaje, con el cabello negro azabache hasta la cintura, esa cinturita de avispa, que enloquecía a los parroquianos, ya que la guial trabajaba en una de esas cantinas del mercadito.

Juana se levantó por fin de la cama, con un baby doll transparente negro, que dejaba la silueta de un cuerpo de Barbie realmente bien hecho, la guial era tremendo mango, pero no tenía suerte con los hombres, o eran flojones buscando dónde comer, o querían que la belleza los mantuviera o tenían otros frentes y ella quedaba en el último lugar, en fin cada uno tenía una historia, y para mala suerte de la chica, no eran nada buenas.

Ese día, Juana no quería ir a su trabajo, pero la necesidad tiene cara de perro, ya que tiene dos chiquilluelos que mantener, su madre y una hermana llamada Beba que está en la universidad, así que aunque las cosas se le pusieran peludas no le quedaba más remedio que ir a laborar.

La chica se puso un vestido discreto, pero muy sexy, ya que no soportaba que los borrachos la estuvieran tocando y haciéndose los vivos de tal o cual piropo sucio que se le viniera a la cabeza; esa tarde, estaba decidida, le metería la mano a cualquiera que tratara de pasarse de liso.

Así que cuando le pidieron unas frías, se fue caminando muy recta y las puso en la mesa y para la mala suerte de Pedro, el amigo que lo acompañaba le tocó las sentaderas a la muchacha, así que la guial se volteó y ¡zas!, coge un bofetón por atrevido, a Pedro, la cara se le hinchó y le ardían los cinco dedos de la mano, dibujaditos en su rostro.

¡Hay papá!, la que se formó cuando la Lolita supo que a su hombre, el man que le pagaba todos los días su guaro y sus frías le habían pegado, se mandó para la mesa y sin pensarlo dos veces, le mandó un gancho de izquierda a la barbilla.

La Juana que no es manca, le hizo lo mismo y las dos guiales terminaron dándose hasta debajo de la lengua, las botellas volaban por todo el barcito de mala muerte y las sillas se estrellaban contra las cabezas de algunos parroquianos que no se dieron cuenta ni cuándo ni cómo quedaron en la pelea. ¡Ay papá!, pero las dos chicas seguían enfrascadas, y no sólo ellas, el lugar era como una de esas escenas de película del viejo oeste cuando los manes se ponen a pelear con el compañero de al lado, sin ton ni son, bueno así mismo, 'sae.

La pelea se terminó cuando los agentes de la policía entraron al lugar y poco a poco fueron deteniendo a los ya agotados contrincantes, llevaron a todo el mundo a la corregiduría y se supo la verdad, Pedro era inocente y su acompañante Ramiro, por tocón y atrevido, tuvo que pagar todas las pérdidas del local.

Ahora sí, la Juana está decidida a cambiar de trabajo, ya que no permitirá que su vida quede en una cantina de mala muerte a manos de una borracha empedernida.

 

 

 

 

 



 

Juana se levantó por fin de la cama, con un baby doll transparente negro, que dejaba la silueta de un cuerpo de Barbie realmente bien hecho, la guial era tremendo mango, pero no tenía suerte con los hombres, o eran flojones buscando dónde comer, o querían que la belleza los mantuviera o tenían otros frentes y ella quedaba en el último lugar, en fin cada uno tenía una historia, y para mala suerte de la chica, no eran nada buenas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PRIMERA PLANA | PORTADA | NACIONALES | OPINION | PROVINCIAS | DEPORTES | LATINOAMERICA | COMUNIDAD | REPORTAJES | VARIEDADES | CRONICA ROJA | EDICIONES ANTERIORES


   Copyright 1995-1999, Derechos Reservados EPASA, Editora Panamá América, S.A.