Hay profesiones u oficios, cuyos beneficios solo lo disfrutan los que se atreven a integrarse a los cambios que esos profesionales ofrecen.
La Lotería Nacional de Beneficencia (LNB) no debe ser la excepción en la concepción arriba apuntada y, por ende, esta institución debe proyectarse hacia cambios más acordes con las expectativas de los compradores de los chances y billetes que ella emite. De hecho, los esperados cambios subyacen en la firmeza con que el actual director de esa institución se atreva a proyectarse en la dirección que a gritos está reclamando la comunidad de compradores, como:
-Suspender cuanto antes la venta de chances y billetes que, bajo la modalidad de los llamados "tableros", se ha convertido en un calvario para los compradores.
-Realizar una auditoría nacional para saber con exactitud con cuántos "tableros" oficialmente está comprometida la LNB.
-Cuantificar, comparativamente, el monto que representa la emisión de los chances y billetes, por sorteo, contra las comisiones que paga la LNB a cada tenedor de "tablero".
-Crear un nuevo sistema de venta de chances y billetes, mediante el nombramiento en propiedad de un cuerpo de vendedores oficiales, quienes se integrarían a la planilla del Gobierno, devengando, cada nuevo 'billetero-funcionario', un salario mensual igual o superior a lo pagado a ellos en concepto de comisión. Debe entenderse, sin embargo, que con este nuevo sistema, el billetero de nuevo cuño no es dueño de ningún tablero, y por lo tanto él - o ella - está obligado a vender al público el número que desee, sea de alta o baja denominación (que el sindicato tome nota de esto). Creo honestamente que con la presente propuesta, la Lotería Nacional de Beneficencia (¡por fin!) le estaría poniendo el cascabel a ese escurridizo gato que son los actuales vendedores (y revendedores), quienes se resisten a cualquier cambio.