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Escuadrones paramilitares apoyan Plan Colombia

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Agencias
Internacionales

Los combatientes de un escuadrón paramilitar de ultraderecha prometieron apoyar una batalla, respaldada por Estados Unidos, contra guerrilleros marxistas y la producción de cocaína en el sur de Colombia.

Y anunciaron que podrían actuar como la punta de lanza de la campaña limpiando la zona de rebeldes para luego entregar el territorio al ejército.

A cargo del entrenamiento de unos 800 efectivos de choque derechistas --miembros de las llamadas Autodefenas De Putumayo Bloque Sur-- se encuentra un ex sargento de las fuerzas especiales colombianas.Durante sus ocho años en el ejército se entrenó con unidades de fuerzas especiales estadounidenses, los Rangers y los Navy SEALs.

En una entrevista con Reuters en un campamento secreto en el sureño y selvático departamento de Putumayo, la principal zona de producción de drogas, el jefe paramilitar, conocido con el alias de comandante Yair, dijo que el grupo quiere liberar a los campesinos de "la manipulación guerrillera".

Sin embargo, advirtió que no tolerará la resistencia, si los campesinos se alían con los rebeldes.

NARCOS, REBELDES Y WASHINGTON

"Estamos de acuerdo con el Plan Colombia (...) en ningún momento vamos a obstaculizar operaciones militares o la fumigación de grupos antinarcóticos", aseguró Yair, refiriéndose a un plan del presidente Andrés Pastrana para combatir el narcotráfico y a la guerrilla izquierdista, que ha ganado un amplio respaldo de Washington.

El grupo paramilitar, una unidad de la alianza nacional conocida como Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), apareció por primera vez en Puerto Asis, un pueblo de unos 38.000 habitantes, a principios de 1998.

Anunció su llegada con una ola de masacres y asesinatos selectivos de sospechosos de simpatizar con los rebeldes y líderes campesinos.

Desde entonces el grupo paramilitar, que en parte se financia con un "pequeño impuesto" que cobra a los narcotraficntes locales, consolidó su control de algunos de los principales pueblos del departamento, incluyendo Puerto Asis, La Hormiga y Orito.

Anteriormente, esa región y el vecino departamento del Caquetá eran un reducto de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el mayor grupo rebelde de Latinoamérica sobreviviente de los años 60.

Los dos departamentos tienen una extensión de 770 kilómetros cuadrados sembrados de coca --cuya hoja es la materia prima para la cocaína-- y produjeron droga valorada en 1.900 millones de dólares el año pasado, según las autoridades.

Autoridades de Colombia y Estados Unidos, acusan a los rebeldes de cosechar una inmensa fortuna del narcotráfico para financiar su guerra de casi cuatro décadas, que cobró la vida de 35.000 civiles sólo en los últimos 10 años.

Ahora Washington propone aportar 1.600 millones de dólares al Plan Colombia en los próximos dos años para romper la diabólica alianza entre guerrilleros y narcotraficantes.

PUNTA DE LANZA PARAMILITAR

Pero amplias operaciones en tierra seguramente serán peligrosas, en lo que es considerado como el patio trasero para una de las más temidas divisiones de combate de las FARC.

En ese punto, los grupos paramilitares, acusados de violar los derechos humanos de civiles indefensos, piensan que pueden ofrecer un decisivo apoyo a las fuerzas militares.

"Estamos en la capacidad militar y operacional de limpiar estas zonas en donde está la guerrilla...para que las tropas del ejército puedan establecer sus bases de abastecimiento para vehículos y otros medios de transporte",dijo Yair, de 30 años y el segundo comandante del grupo, mientras se sentaba en un claro de la selva en las afueras de Puerto Asis.

Armado con un rifle de asalto Kalashnikov fabricado en Bulgaria, insistió en que la cooperación sería solamente sobre una base no oficial y sin un pacto formal.

Oficialmente, Pastrana ordenó a las fuerzas armadas buscar y capturar al máximo jefe paramilitar de Colombia, Carlos Castaño, y sus comandantes regionales.Pero hay pocas eidencias de esto en Puerto Asis.

Además de sus unidades rurales, la división putumayense de la AUC coordina patrullajes diurnos y nocturnos en el centro de Puerto Asis, bajo las narices de un destacamento de policía y de la vigésima cuarta brigada militar.

A pesar de tener tres órdenes de captura en su contra desde que se unió a los paramilitares hace tres años, Yair camina libremente por el pueblo, pasando sin obstáculos a través de retenes militares.

Comandos urbanos paramilitares vestidos de civil, que reciben un sueldo mensual de entre 250 y 400 dólares, también rondan por Puerto Asis, con pistolas ocultas bajo sus camisas y radios de comunicaciones en sus manos.

Grupos de derechos humanos insisten en que todavía hay una estrecha colaboración entre militares y paramilitares, en una guerra sucia contra los rebeldes izquierdistas y sus simpatizantes.

Pobladores locales, temerosos de mencionar la palabra paramilitar, se refieren a los pistoleros de derecha como los Power Rangers, en una comparación con la serie de televisión.

Autoridades locales aseguraron que si denunciaran la presencia paramilitar pondrían en riesgo sus vidas y alegan que es parte de una arraigada "estrategia del Estado colombiano".

"Vine aquí hace tres meses y me voy a quedar hasta que acabe este trabajo," dijo Yair quien se denomina un patriota.

"Va a ser difícil porque hasta ahora la guerra está empezando", concluyó.

 

 

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"Va a ser difícil porque hasta ahora la guerra está empezando", concluyó.

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