Benedicto XVI arremetió ayer en Fátima contra el aborto y los matrimonios entre homosexuales, y denunció que políticos, intelectuales y profesionales de la comunicación "que promueven una cultura única y desdeñan la religión" intentan silenciar la fe en numerosas partes del mundo.
Benedicto XVI lamentó que en esos ambientes no faltan creyentes "que se avergüenzan de serlo y que dan una mano al secularismo, que construye barreras al cristianismo".
Por otro lado, el papa Ratzinger afirmó que los tiempos actuales "exigen" un nuevo vigor misionero de los cristianos.