Los gobiernos instalados por el voto popular tras el advenimiento de la democracia en nuestro país, han adolecido de fallas garrafales en las relaciones públicas y en el manejo de la información.
No han sabido manejar los períodos de crisis y no los han podido enfrentar con inmediatez, cometiendo graves errores que después son endosados a los periodistas y a los medios de prensa.
La ausencia de una política acertada que detecte los desaciertos y prevea la aparición de los problemas, conduce a crear una imagen distorsionada de la realidad del país en el extranjero.
Por ejemplo, este gobierno falla mucho en permitir que cosas no juzgadas, sean contempladas como hechos ciertos, creando un ambiente capaz de convencer al público y de vulnerar la imagen tanto de instituciones como de funcionarios.
El caso reciente de la compra de armas, cuyo destino final fue las Autodefensas Unidas de Colombia, no tiene ninguna relación con el gobierno panameño y sin embargo, se le ha catalogado como un caso más de corrupción.
La ausencia de malicia para enfrentar el gobierno al mercado de la información crea un ambiente nocivo en todos los órganos del Estado, motivando una opinión adversa contra los valores democráticos por parte de la comunidad.
Las próximas administraciones deben estructurar en forma científica su política de información y no improvisar mecanismos de defensa, capaces de atentar contra la relación con los medios de comunicación, porque la defensa del Estado debe ser nuestra meta final. |