Un lector llamó a esta redacción para quejarse de un busero de la ruta Mano de Piedra - Cerro Batea - Tumba Muerto (identificado con el número 8B-547) quien el día martes abarrotó a los pasajeros hasta que no cabía uno más, incluso en las escaleras y el estribo, violando la ordenanza que indica que no pueden ir usuarios más allá de la línea amarilla.
Además, el busero llevaba el volumen del toca cintas altísimo, lo que evitaba que escuchara los gritos de parada que le hacían los pasajeros. Cuando se le llamaba la atención por esta situación, el busero y su "pavo" empezaban a insultar a quienes se quejaban.
No contento con esto, cuando el pasajero inconforme intentaba bajar del autobús, después de pagar la alta tarifa que ha impuesto el gobierno, el busero ponía el vehículo en movimiento de forma violenta, lo que ponía en serios peligros la vida del usuario.
Esto pasa todos los días, y a cada instante en esta sufrida ciudad de Panamá. La Autoridad del Tránsito, que empezó haciendo operativos más o menos constantes para medir el cumplimiento de los buseros, pero sólo en lo que respecta al estado físico de las unidades, se ha olvidado del trato que se le debe dar a los clientes.
No puede ser que la ciudadanía esté en manos de estos salvajes, sin modales ni educación, y mucho menos noción de que su bus es una empresa que debe dar satisfacciones a los usuarios.
A este tipo de individuos hay que sacarlos de las calles, y mantenerlo lejos de la colectividad porque están haciendo un daño terrible, tanto al sector transporte en particular, como a la sociedad misma en general. |