Unos 45.000 civiles se encuentran atrapados en el fuego cruzado de paramilitares y guerrilleros en el departamento de Chocó, en el noroeste de Colombia. Así lo advirtió el sacerdote Albeiro Parra, director de la Pastoral Social de la Diócesis de la ciudad de Quibdó, capital del departamento, quien agregó que si los enfrentamientos continúan, el número de campesinos desplazados podría llegar a 20.000.
El gobierno anunció el envío de 4.000 soldados al Chocó, escenario durante varios días de intensos combates entre la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
El presidente Andrés Pastrana llegó a Quibdó el fin de semana, donde encabezó un consejo extraordinario de seguridad, tras la muerte de 108 civiles, 70% de ellos menores de 15 años, en uno de los hechos más trágicos.
El incidente tuvo lugar el pasado jueves en la iglesia local del pueblo de Bojayá, donde la población civil intentó refugiarse de los combates. Un cilindro de gas explotó durante los enfrentamientos, dejando no sólo más de 110 muertos, sino por lo menos 105 heridos.
SEPULTADOS EN FOSAS COMUNES
"Todas las víctimas son miembros de la comunidad", dijo el padre Parra sobre la tragedia de Bojayá. De acuerdo a la prensa local, los cadáveres de 80 de las víctimas fueron trasladados al pueblo de Vigía del Fuerte, donde comenzaron a ser sepultados en fosas comunes, utilizando bolsas plásticas que llevó el sábado al lugar el Programa Aéreo de Salud de Antioquia, que trasladó a Medellín a 18 de los heridos más graves.
Otros 90 heridos leves permanecen bajo atención médica, mientras se intenta determinar la suerte corrida por cerca de 80 personas, que huyeron durante los enfrentamientos, y de las que se desconoce su paradero.
Tras la reunión del consejo de seguridad, Pastrana anunció una serie de medidas para sentar una mayor presencia del Estado en una zona que había sido abandonada y que ha sido fuertemente disputada entre las FARC y las AUC. También se dispuso el envío de 4.000 soldados que ya han comenzado a llegar al Chocó.
Sin embargo, según el padre Parra, "el Ejército debió actuar cuando se les avisó de los grupos armados en la región y no ahora. Lo que se necesita es una acción humanitaria y lo que pase de ahora en adelante con esa gente es responsabilidad del presidente".
QUE VENGA LA ONU A COLOMBIA
Pastrana, solicitó a Naciones Unidas que envíe una misión para investigar los hechos ocurridos en Bojayá, donde fueron masacrados 110 civiles desarmados.
"Si en Jenín (Cisjordania, Medio Oriente, donde murieron 52 personas en un campamento de refugiados) la ONU ordenó una investigación, por qué no aquí en Colombia para que vean de primera mano lo que están haciendo los terroristas", dijo el mandatario.
Pastrana aprovechó para criticar una vez más la decisión de la Unión Europea de no incluir a las FARC, el principal grupo guerrillero del país, en la lista de organizaciones que considera terroristas.
El presidente calificó la actitud europea como "una mala señal a los colombianos" y dijo que este grupo "seguirá cometiendo actos terroristas mientras siga siendo visto con buenos ojos". Para Pastrana, no cabe duda de que el cilindro-bomba lanzado contra una iglesia de Bojayá, fue "un genocidio de las FARC". |