La Voz del Interior
Los niveles de pobreza extrema en Veraguas son cada vez alarmantes. Un informe del Ministerio de Desarrollo Social da indicativos de que los distritos de Cañazas, Las Palmas, Calobre, Soná y San Francisco poseen la mayor cantidad de personas que viven en malas condiciones, en algunos casos hasta situaciones infrahumanas.
De acuerdo con las informaciones suministradas por las autoridades de esta provincia, hay unas 10 mil 786 personas en Veraguas que viven en condiciones de pobreza y se suman a ellas 142 personas consideradas en extrema pobreza, las cuales fueron detectadas por el MIDES en los meses de enero a abril de 2010.
Hay que destacar que Veraguas ocupa el penúltimo lugar en desarrollo humano en el país, de acuerdo con un informe del Programa Nacional para el Desarrollo (PNUD).
El Mides ejecuta los programas de asistencia social identificando estos problemas, llevando no solo los programas de ayuda sino también desarrollando proyectos con los que estas familias puedan mejorar su calidad de vida, de tal manera que puedan superar la pobreza.
Para Omaira Toruño, directora regional del MIDES de Veraguas, la mayor parte de los índices de pobreza extrema se ubican en la región de la comarca Ngöbe Buglé, los que luego se mueven hacia las áreas de cabeceras de provincias, como el caso de Santiago, donde se tienen casos específicos identificados de personas que se vienen a vivir sin contar con los recursos de vivienda y alimentos cuando llegan a las áreas urbanas.
MIGRACION
Una muestra de ellos son los casos de las familias Ngöbes que viven debajo de los árboles en la comunidad de La Valdez de Santiago, compuesta por cuatro adultos y seis niños.
Esta situación ha generado problemas a las autoridades y a los propios habitantes que ven con dolor el cuadro de esas personas que cuando llueve se mojan, porque solo los acobija el plástico de bolsas utilizadas en la recolección de basura.
Pareciese que muchos de estos indígenas se están trasladando desde las apartadas comunidades en busca de una mejor calidad de vida, pero algunas veces no logran el propósito, sino que crean situaciones complejas, y el Estado no tiene estrategias auxiliares para estas familias, que muchas veces tienen varios hijos que además presentan desnutrición y problemas de salud.
Entre las alternativas que existen para evitar la migración de los indígenas hacia las zonas urbanas están los programas en los que se les enseña a producir sus propios alimentos a través de asistencia técnica que se le brinda en conjunto con otras instituciones.