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Inevitable el triunfo de Mireya
Fernando Nuñez Fábrega
Para aquellos analistas políticos
que tuvieron la oportunidad de leer con detenimiento la última encuesta
de Dichter y Neira la conclusión inevitable es no solamente que Mireya
Moscoso va a ganar el 2 de mayo, sino por un amplio margen. Como todas las
verdades de la vida, la evidencia yace en los pequeños detalles que
muchos lectores pasaron por alto.
Los votantes adicionales los confirma la encuesta en una de las preguntas
aledañas, cuando un 7.5% responden que si "cambiaría
su voto en el caso de que el candidato presidencial de su preferencia no
reflejara opciones reales de ganar las elecciones". Es elemental que
esta "provisión adicional de votos" solamente puede ser
capitalizada por Doña Mireya, quien entra a la elección en
liderazgo. Si bien este 7.5% habla de la candidatura de Alberto Vallarino,
puede extenderse el pesimismo al candidato oficialista.
Otra respuesta que confirma esta tesis es el desglose de la pregunta
anterior, que indica un 28.9% de estos votarían por Mireya, y la
colocan en sitial preferencial entre los tres como candidato alterno, por
llamarle así al conocido "second choice" de las encuestas
norteamericanas.
También se debe examinar que un 4.9% de los votantes se pueden
considerar a estas alturas indecisos, y en nuestro país cuando se
habla de indecisos es de aquellos que no han decidido por cual candidato
de la oposición van a votar. La razón es simple: el gobierno
es el polarizador más claro, y por ende todo voto gobiernista es
"abierto", o sea, no tiene porque esconderse. El indeciso bien
puede ser un ciudadano temeroso de desafiar al Gobierno cuando lo encuestan,
y oculta su intención de voto tras no contestar o votar nulo.
Esto significa que de esos cinco puntos, Doña Mireya terminará
con tres, y los otros dos candidatos con un punto por cabeza. La razón
fundamental es que los analistas políticos han pasado por alto la
velocidad en el aumento de votantes, el impulso o "momentum" de
la candidata Arnulfista. Esto hace que no solamente siga añadiendo
votantes a costa de los otros dos candidatos, si no a una mayor velocidad.
Los nuevos adherentes de Doña Mireya se dividen en dos bandos:
aquellos que inicialmente respaldaron a Vallarino pero no quieren desperdiciar
su voto y los independientes mayores y jóvenes profesionales que
inicialmente respaldaron a Martín pero que ahora ven como peligrosa
la juventud del candidato PRD. Si hay algo volátil en nuestra arena
política es el voto de la juventud, pero un análisis somero
nos lleva a preguntar: ¿De los 72 legisladores cuántos son
menores de 35? Si el voto de la juventud fuese tan sólido, ¿sería
Laurentino Cortizo el cuarto más joven con 40 años?
La cruzada de Alberto Vallarino, demasiado similar a la de Chinchorro
Carles para poder evitar comparaciones, bien puede perder la mitad de sus
adherentes el día de la votación. El voto en Panamá
no es voluntario, hay que sacarlo, y por esto predominan los grandes partidos.
Las alianzas "ideológicas" tienen similitud al animal que
se crea cuando se atan dos palomas. Tiene cuatro alas, pero no vuela.
Mis proyecciones son que Doña Mireya Moscoso se convertirá
en la primera mujer en ganar la Presidencia con un 46.2% de los votos, seguida
por Martín Torrijos con un 37.4% y de Alberto Vallarino con un 12.3%.

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