Me molesta que la gente me pregunte a cada rato si estoy jubilado. Aunque ya pasé la edad legal para retirarme, no pienso hacerlo por el momento. Es más, disfruto mi trabajo y eso como que molesta a más de uno.
Acepto que si Ud. trabaja en algo aburrido, cansador, estará soñando con la jubilación para liberarse de esa tortura.
Pero ese no es mi caso, ni el de muchos panameños que consideran que el trabajo no es "un castigo de Dios", como decía una vieja canción popular.
Tampoco podemos aceptar que el trabajo lo inventaron para los bueyes.
¡Trabajar significa realizarse como ser humano y social!
Es participar en el desarrollo del momento histórico que le ha tocado vivir.
Es también transmitir parte de su ser a los demás. No importa que trabaje de secretaria, contestadora de teléfonos, o profesor de Periodismo...
Cuando tenÍa cuatro meses de haber cumplido dieciocho años, mi padre me obligó a trabajar.
Realmente no quería hacerlo. Yo deseaba estudiar "a tiempo completo en la Universidad, para lograr una cultura".
Mi padre comentó que debía trabajar "para hacerme hombre". De ninguna manera él pensaba pagarme mis "novias" y otras necesidades de adolescente. El comenzó a trabajar antes de los quince años...
En mi primer trabajo recibí la mejor lección sobre todo. El Juez Rubén D. Conte (q.e.p.d.) me dijo que había que "trabajar con amor", no importa lo que se hiciera.
Me señaló a los dos porteros viejos que barrían amorosamente el piso. Realmente disfrutaban de su trabajo humilde.
Claro que en mis trabajos he sido explotado, me han pagado poco, me echaron responsabilidades ajenas, etc. Pero todo eso me "curtió" la personalidad y me hizo "amar" lo que trabajo.
Lamento que el Día del Trabajo no tenga mayor significado para algunos, aparte del aspecto politiquero o de ideologías.
Y los periodistas muchas veces tenemos que trabajar en dos o tres lugares. ¡Qué delicia!