El jabón es el primero de los productos de limpieza y sin duda, el más tradicional y más cotidiano de todos los preparados empleados para eliminar la suciedad.
Los jabones convencionales presentan sin embargo, algunos inconvenientes para su utilización en piel sensible.
En principio, el efecto desengrasante de los jabones puede ser de hasta un 50 % de reducción de la capa grasa cutánea, por lo que la piel se pondría áspera, sin embargo, como a la vez que se produce un efecto de eliminación de grasa, se aumenta la captación de agua (efecto humectante), es posible conseguir que la piel presente un aspecto liso y suave.
Para reducir el efecto irritante en la piel, que habitualmente es consecuencia de la alcalinidad de los jabones, se elaboran jabones con un alto contenido en grasa, que se denominan jabones sobreengrasados.
Los jabones denominados de lujo, contienen habitualmente, un mayor porcentaje de perfume en su fabricación.
Este elevado porcentaje de perfume complica el proceso de elaboración y encarece el producto.
Las ventajas de los detergentes sintéticos frente a los jabones alcalinos son:
- Sin efectos alcalinizantes, ya que el valor del pH puede ser más ácido.
- También está indicado cuando la capacidad de neutralización alcalina de la piel se encuentra disminuida.
Pero los hombres deben tener presente que el uso excesivo del mismo también puede originar resequedad, en algunas partes del cuerpo.