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Compara tus mejores experiencias sexuales con las peores. Trata de recordar qué es exactamente lo que te hizo considerarlas malas.  |
"Mi amor a qué hora llegas, estoy que mato por hacerte el amor"... ¿Cuándo se dormirán los niños, para formar la ponchera?... Pero la pregunta es: ¿Siente tu pareja el mismo deseo de tener sexo?
La disminución del deseo sexual en la pareja es uno de los problemas que generalmente va llegando con el tiempo de forma silenciosa. Según los expertos en sexología, las razones por las cuales el deseo diminuye, o simplemente desaparece, en uno o en ambos integrantes de la pareja, son múltiples.
En esta ocasión es mejor dejar de lado las causas vinculadas por enfermedades o padecimientos crónicos, para revisar en qué medida la cultura promueve un estilo de vivir, sin la sexualidad que representa uno de los renglones más importantes de la vida en pareja.
FACTORES DETERMINANTES
La seducción y el tiempo para compartir forman parte del comienzo de la vida en pareja. Así es que, lo que aparece como fundamental al comienzo de la relación, noviazgo, primeros meses de convivencia, va dando lugar paulatinamente a otras situaciones, proyectos y preocupaciones que relegan el cultivo del vínculo íntimo. Ahora estamos casados, ahora y es mío/a. En esta frase resumimos cuál es el germen de la autodestrucción del deseo. Años después ambos se preguntarán qué fue lo que hicieron mal para no sentirse atraídos uno por el otro. La vida sexual descontextuada de la dimensión comunicativa, solidaria y amorosa. Es muy frecuente escuchar a las mujeres decir que sus compañeros sólo se tornan cariñosos cuando tienen interés en mantener una relación sexual. Es entonces que aparecen los mimos, algunas dosis de ternura. Todo parte de un juego de seducción rutinario, que tendrá como respuesta la indiferencia o el clásico dolor de cabeza. Pero sobre todo, lo que más molesta es la incapacidad de integrar el deseo por la persona a la que se descuida cotidianamente y a la que se le quiere demostrar todo el amor en 15 minutos. La sexualidad vivida como un acto confirmatorio de que aún están juntos físicamente. Es clásico escuchar a hombres y mujeres lamentarse que la frecuencia de los contactos amorosos se va reduciendo drásticamente a medida que pasan los años de convivencia. Ambos se culpan mutuamente, ambos entienden que queda poco por rescatar en la dimensión erótica y amorosa de la pareja. Sin embargo, han sido ambos quienes han reproducido las pautas culturales que entienden que la sexualidad en el fondo es algo clandestino, de lo que no se puede hablar mucho ni siquiera entre los dos.
Según los expertos la disminución del deseo ocurre más por una adaptación a la falta de propuestas que enriquezcan la vida sexual, que por un desgaste biológico.
EXPRESA LO QUE DESEAS EN LA CAMA
Una de las barreras más comunes que nos privan del goce sexual pleno, aparece cuando los componentes de la pareja no explican sus necesidades y predilecciones al otro.
Si quieres una vida sexual en verdad satisfactoria, es esencial que tu pareja y tú establezcan cuáles son las condiciones que les permitirán disfrutar del sexo tanto como lo desean. Todos los seres humanos que practicamos el sexo tenemos ese derecho. Si las parejas se comunican con amplitud y apertura, ambos podrán acercarse más a las condiciones específicas que prefieren.
¿QUÉ ES LO QUE TÚ QUIERES?
Como primer paso, trata de recordar las experiencias sexuales más placenteras que hayas tenido e intenta descubrir qué las hizo tan agradables. ¿Qué había en el lugar que te excitó tanto? ¿Quién era tu pareja, dónde estaban y cuál era su situación? ¿Qué caricias se hicieron mutuamente? ¿Qué aspectos del encuentro recuerdas con mayor intensidad?
Después, compara tus mejores experiencias con las peores. Trata de recordar qué es exactamente lo que te hizo considerarlas malas experiencias.
Es importante que manifiestes tus necesidades a tu pareja, pero procura elegir lo que pides con cuidado. La mejor oportunidad para dialogar sobre las preferencias sexuales es cuando ambos están juntos en una situación cálida, cercana e íntima. Es entonces cuando debes evocar tus buenas experiencias y describirlas a tu pareja, sin mencionar jamás que las has experimentado con otra persona. Si haces esto último, tu relación podría ir cuesta abajo muy rápido.
Si las buenas experiencias las tuviste con esa persona, todo lo que tienes que hacer es halagarla diciendo lo mucho que disfrutaste de su manera de hacer las cosas y pedirle que las haga de nuevo, en la misma forma.
Procura que todos tus comentarios y sugerencias sean positivos y, sobre todo, recuerda que se trata de un intercambio de opiniones con tu pareja, no de presentarle una lista de demandas. Por su parte, tu pareja puede tener sus propias opiniones respecto a lo que le pides, a lo que tú debes responder con la misma sensibilidad con que esperas que tus sugerencias sean recibidas.
¿CONOCES LOS DIFERENTES TIPOS DE SEXO?
Los expertos en sexología han clasificado en tres tipos diferentes el sexo de las parejas normales: el expreso, el cómodo y el espectacular.
EL EXPRESO
Con el primero se refieren a esas relaciones rápidas, que toman sólo unos cuantos minutos y se practican en cualquier lugar y casi a cualquier hora. Los estadounidenses les llaman quickies (rapiditos).
EL CÓMODO
Es el sexo que las parejas practican con regularidad y con más o menos tranquilidad. Es también el "sexo seguro" cuando es practicado por parejas totalmente monógamas.
EL ESPECTACULAR
Es una experiencia ocasional. Lo puede experimentar cualquier pareja, en ciertas circunstancias, sin importar el tiempo de relación que lleven. Se llama así al sexo que resulta tan satisfactorio que logra que ambos cónyuges tengan múltiples orgasmos, o un orgasmo de proporciones espectaculares. Ahora bien, ¿Con cuál te identificas?. Si no sabes averígualo...
RECOMENDACIONES
Use la creatividad, platique con su pareja para conocer lo que a ambos les gusta, es imprescindible para una satisfactoria relación sexual. Estimule las zonas erógenas de su pareja. En la mujer, la boca, a través de los besos, ya sean suaves o apasionados; desde el nacimiento del cabello hasta la frente, las sienes, las cejas, los párpados y las mejillas. El lóbulo de la oreja, el cuello, los senos y el área alrededor del ombligo. Como también el clítoris donde la sensibilidad y el placer se unen. En cambio para el hombre, las caricias en los genitales, son estímulos que provocan una excitación inmediata. Los hombros, las palmas de la mano, la espalda, el pecho y los pezones son sus otros puntos débiles en la intimidad. Recurra a los juegos sexuales previos al coito, son fundamentales para ambos, extendiendo los besos y las caricias por todo el cuerpo, descubriéndose, sin pudor para llegar a la verdadera esencia de cada uno. Recuerda mientras más se prolonguen los juegos sexuales mejor será el resultado final.
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