OPINION

CUARTILLAS
Blanco

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Por Milcíades Ortiz Jr.
Catedrático

La conversación era sobre las próximas elecciones, aunque todavía falta un año y días para tal suceso. Se habló sobre cómo se votaría. Tal vez eso parecerá extraño, pues se supone que cada persona lo hará por el candidato de su preferencia. Pero resulta que los que conversaban... no querían votar por ninguno de los posibles candidatos presidenciales que se conocen.

Eran gente indefinida políticamente, o mejor dicho, que no creen que los actuales personajes que aparecen como candidatos, merecen sus votos. "Me gustaría votar en blanco, pero me han dicho que eso sería negativo porque mi voto no serviría para nada", dijo uno de los presentes. Comenzó un pequeño debate sobre lo que significaba el voto en blanco en las elecciones.

Algunos dijeron que era una manera rotunda de expresar descontento con los candidatos presidenciales. Incluso alguien despistado sobre nuestras leyes electorales, señaló que si había la mayoría de votos en blanco, se tendrían que anular las elecciones.

Se le tuvo que decir que nuestras leyes no permiten eso, lo que existe en muy pocos países, dicho sea de paso. Aquí sólo cuentan los votos válidos y esos harán el total que servirá para elegir el próximo presidente panameño (esta vez no habrá mujer en esa contienda... menos mal!).

Así que si la mitad de los panameños votara en blanco en las próximas elecciones, sólo serviría como un indicio del disgusto ciudadano contra los candidatos. No tendría ninguna efectividad para anular esas elecciones.

Quedó en claro que el voto en blanco no puede considerarse "castigo" político para nadie. Solamente significaría perder el voto, que es la máxima expresión de un proceso democrático de elecciones.

Pero la gente seguía con eso de buscar la manera de expresar su disgusto por quienes quieren dirigir a Panamá en los próximos cinco años. Se habló entonces de la llamada "segunda vuelta". Eso significa que si ninguno de los candidatos de la elección logra la mitad más uno de los votos, entonces habrá que hacer otra votación entre los dos que tuvieron mayor cantidad de votos.

Este sistema sí existe en varios países, incluso en nuestro continente. Se fundamenta en que de esa manera se tendrá la certeza que el nuevo mandatario haya sido elegido por más de la mayoría de los votantes. Tal sistema pudo ponerse en las reformas electorales, pero nuestros políticos no quisieron, o no se atrevieron a correr este "chance".

Como pasó en Perú hace años, no siempre el candidato más votado es el que gana la segunda vuelta. Eso lo sabe el escritor Vargas Llosa, quien sacó más votos que Fujimori, pero no los suficientes. En la segunda vuelta el "chino" Fujimori volteó la tortilla y le ganó al escritor... lo demás es historia.

Debido a nuestras leyes electorales, se da el fenómeno de presidentes elegidos por la minoría de los votantes. Una treintena por ciento de los votos decide una elección donde hay varios candidatos. "Y le dará el poder a quien no tiene respaldo de la mayoría de los panameños!.

 

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