En muchos países del mundo existen personas, físicamente sanas, que prefieren ganarse la vida mendigando, que trabajar honradamente. Quizás dirán que así se gana más que zurrarse el lomo, como decimos los que vivimos aquí.
En Panamá, la situación no va más allá de lo que se vive en otras capitales. Se conoce de un sujeto que ha sido visto por el semáforo de la Iglesia Del Carmen pidiendo limosna como todo un acróbata. Camina de forma espectacular sobre la acera, como si se tratara de una cuerda floja. En otras ocasiones este mismo personaje ha sido visto por El Dorado sin las gafas oscuras.
Hay tanta gente en la calle pidiendo, que fácilmente pudieran ocasionar en un momento dado un accidente de tránsito. Vivir a punta de limosna no es lo más correcto, a pesar que se diga que no hay trabajo.
En Panamá hay mucha hierba que cortar y ropa que planchar. El trabajo no llegará caído del cielo. Si en verdad, que queremos ser buenos panameños, debemos tener una actitud positiva para contribuir con el desarrollo del país. |