La ola de violencia desatada por el crimen organizado en México se cobró ayer 15 víctimas mortales más en Tijuana, ciudad fronteriza con EE.UU., lo que agrava una situación que en lo que va de 2008 ha dejado más de un millar de muertos.
Datos preliminares señalan que al menos 15 personas, en su mayoría presuntos sicarios murieron, y 5 resultaron heridas en tres enfrentamientos entre bandas y uno contra policías ocurridos en varios puntos de Tijuana, noroeste de México, dijeron ayer a EFE fuentes municipales. A la espera de lo que arrojen ulteriores investigaciones, el titular de Seguridad Pública de Tijuana, Jesús Alberto Capella, atribuyó los ataques a las pugnas internas entre las organizaciones criminales que campan en la localidad, vecina a la estadounidense San Diego, California.