"Cuando el pueblo alaba a Dios, suceden cosas maravillosas". Tal como lo dice la letra de este canto religioso, se hace realidad en medio de los creyentes. Para muestra un botón.
Los feligreses de El Alto de Capira realizaron en varias ocasiones las celebraciones eucarísticas en las casa de algunos parroquianos debido a que no contaban con una iglesia donde congregarse. Al mes, alguien de este poblado ofrecia su residencia para compartir la palabra de Dios.
Pero eso terminó hace tres años, ya que se inició la construcción de la pequeña capilla que cada año venera la imagen de la Divina Misericordia.
El pasado fin de semana esta celebración fue muy significativa, ya que los parroquianos han visto el crecimiento que han tenido como comunidad cristiana.
Durante la celebración eucarística, presidida por el sacerdote José Antonio Cruz, se reflexionó sobre la participación ciudadana y el compromiso que deben asumir los jóvenes.
El párroco solicitó al próximo concejal de Capira establecer un letrero que indique a unos 500 metros del templo, que se acerca a una iglesia y por ende los conductores deben disminuir la velocidad. Al menos para el desarrollo de la procesión, las unidades del Tránsito apoyaron para que todo se realizara sin ningún inconveniente a orillas de la calle.
Se observó el dinamismo con que los miembros del Consejo Pastoral de este poblado trabajan, ya que durante la venta de comida estuvieron anuentes a ofrecer una buena atención y que los visitantes o devotos de la Divina Misericordia se sintiera como en casa.